jueves, 23 de abril de 2015

Delincuencia juvenil vs. Legislación. María del Socorro Vallejo Murgueitio. ¿ESTAMOS PERDIENDO TAMBIÉN LA JUVENTUD? ARMANDO BARONA MESA

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Delincuencia juvenil vs. Legislación 

María del Socorro Vallejo Murgueitio


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¿ESTAMOS PERDIENDO TAMBIÉN A NUESTRA JUVENTUD?

                                      ARMANDO BARONA MESA
        
Tengo una amiga que es la doctora María del Socorro Vallejo Murgueitio. Ella es Fiscal para la delincuencia juvenil en Cali y, por lo tanto, le toca intervenir diariamente, de acuerdo con el denominado Código de la Infancia y la Adolescencia (Ley 1098 de noviembre 8 de 2006), en los problemas de los menores delincuentes. Acaba ella de escribir un libro muy importante desde el punto de vista jurídico, académico y social: Delincuencia juvenil vs. Legislación, que trata el pavoroso problema de los jóvenes torcidos de su destino, que es  cada vez mayor. Ni la ciudad ni el país saben que al lado de una juventud que estamos perdiendo a pasos agigantados, se esconde un enigma social mucho más peligroso que las Farc y el ELN juntos, en cuanto al odio que se ha generado en la marginalidad social de los adolescentes contra la sociedad y en la pérdida de toda clase de conciencia moral. Me decía la doctora Vallejo que un día le llevaron a un muchacho de quince años que ya conocía. Ella le dice: "Tu, otra vez por acá"
Y él le responde: "Y qué quiere usted, si es que a mí me buscan de todas partes porque soy muy buen gatillo."

         Es conocida la historia de que en Nueva York en una época vendían en las esquinas pequeños cocodrilos de los que la gente se enamoraba por la ternura del infante, con sus colmillitos diminutos y sus ojos vivaces y saltones. El padre se lo llevaba de mascota al hijo, que lo alimentaba rodeado de cariño, hasta que crecía un poquito y entonces, en un segundo, estaba arrancándole un dedo al pequeño amo. Hasta allí llegaba, porque el padre al volver lo arrojaba al inodoro y se iba el cocodrilo. Y así se descubrió un tiempo después, que en las alcantarillas de aquella metrópolis existen centenares de cocodrilos adultos y feroces.

         ¿Qué hace la autoridad que dirige y orienta al país en relación con este problema palpitante ? Bien poco. Se reprime en lo posible, no del todo, porque la ley es defensiva del menor. Pero nada hace en las ilusiones perdidas de un muchacho que entra tempranamente en la droga y luego a la pandilla juvenil, que adquiere arma de fuego tempranamente y aspira a usarla pronto porque en la televisión y en el cine se hace la apología del violento, se ensalzan sus acciones y se lo exalta como un arquetipo. El joven envenenado contra una sociedad que no lo comprende, que nada le ofrece, que no quiere privarse de la aventura extrema, se vuelve el cocodrilo que ya está suelto por el mundo del odio y las frustraciones.


         Las Farc y el ELN matan por algún rescoldo de ideología, que aun queda. Los jóvenes no tienen ideología, ni educación, ni instrucción cívica. Son un condensador de odio contra un sistema en el que ellos sienten que ocupan el último peldaño de la escalera y no tienen nada que perder ni ganar. Ni siquiera la vida que a veces les pesa mucho sobre la espalda. Por eso algunos decían antes que "no nacimos para semilla" y ahora lo importante es ser un buen "gatillo". 

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EN LA LIBRERÍA NACIONAL
http://www.librerianacional.com/es/index.php?option=com_catalogo&task=mostrarDetalleProducto&idProducto=315213


DELINCUENCIA JUVENIL VS LEGISLACION

Formato: LIBRO IMPRESO
Autor: VALLEJO MARIA DEL SOCORRO
Editorial: CAMILO TORRES
Tipo Presentación: Libro Impreso
Tipo Formato: Tapa Blanda
Número de páginas: 390
Alto: 24 cm  
Ancho: 18 cm
ISBN: 9789584637581
   


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martes, 21 de abril de 2015

Sedientos de sal (Documental, 2002) y Suave el aliento (Cortometraje, 1986). Dirección: Natalia Iartovsky. Videos completos

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Sedientos de sal 
Documental, 2002 

y

Suave el aliento 
Cortometraje, 1986 

Dirección: Natalia Iartovsky 

Homenaje y Memoria 

Videos completos

NTC ... agradece el aporte de los documentos
 y la autorización para publicarlos al
MAESTRO LUIS ALFREDO SÁNCHEZ CRESPO
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Sedientos de sal (Documental, 2002) 

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VIDEO (52 minutos): 



http://youtu.be/K8qCYkeewPQ
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Suave el aliento (Cortometraje, 1986) 




VIDEO (26 minutos):


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sábado, 11 de abril de 2015

Intervención de Jotamario Arbeláez en el Foro mundial de Arte y Cultura por la paz de Colombia. Fragmento. Abril 6, 2015

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Intervención de Jotamario Arbeláez 
en el 
Foro mundial de Arte y Cultura por la paz de Colombia
Fragmento 

El pasado miércoles 6 a las 3 p.m., en Centro de la Memoria, tuvo lugar el panel El lugar de las víctimas y de los artistas en el proceso de la creación, con los invitados Marcelino Cárdenas, escritor y víctima del conflicto, de Villavicencio; José Alejandro Restrepo, investigador y docente, de Bogotá; Jineth Bedoya, periodista especializada en el tema justicia; Nicolás Montero, actor y director de teatro y Jotamario Arbeláez, poeta y periodista.
Presentamos un fragmento de la intervención del poeta nadaísta, cuya parte central fue una sentida página sobre el recientemente fallecido maestro Carlos Gaviria. La última parte fue repetida por el poeta en el evento Encuentro de poetas por la paz, en la Universidad Nacional, el pasado viernes, en mesa compartida con Juan Manuel Roca, Patricia Ariza, Carlos Satizábal, Álvaro Marín y una delegada del embajador del Ecuador, Raúl Vallejo.

“Antes de que se consolide la paz, en contra y a pesar de los torpedos opositores obstinados en el exterminio, quiero dejar clara  constancia de que el papel de los escritores y artistas no consiste en crear mecanismos para que la paz llegue o se quede, sino en dejar testimonio fehaciente y doliente de lo que ha sido más de medio siglo de arrasadora barbarie. No buscamos becas de paz, sino paz para testimoniar la masacre de bando y banda. Sólo acudiendo a la memoria se puede contrarrestar la repetición del holocausto. La firma de la paz debe no sólo comprenderse como un cese de hostilidades entre la milicia y los insurgentes, sino como un compromiso de no agresión del gobierno y de la guerrilla con el pueblo de Colombia. Los unos dicen que son sus representantes legales, los otros posan de ser sus liberadores. Y como tales, en el cruce de disparos quienes caen son por lo general inocentes, peatones citadinos o los inermes pobladores del agro. Se requiere de una paz que dure, no de una paz débil, de una paz que sea más fuerte que sus enemigos armados de un ya inaceptable belicismo. Se requiere de una paz con dientes, como se dice.
Para celebrar por anticipado el anhelado arribo de la paz a nuestro territorio, que comprende nuestra mesa y nuestra cama, el lema de nuestro último manifiesto A la mierda con la guerra, Nadaístas por la paz: “La paz, como el amor, no se hace sola. ¡Ponga su parte!”
Entre los enemigos cerreros que van saliendo, y que tienen entera libertar de perorar en sus toldas porque cada uno puede pensar de acuerdo con su serenidad o sus rabietas, estuvo un colado (por más invitado de honor que fuere, pues se salió de casillas) en esta solemne Cumbre Mundial de Arte y Cultura por la Paz de Colombia, cual fue el petardo de Fernando Vallejo quien en plena inauguración y a tono con su acostumbrada manera de sofista gramatical, le endilgó a la palabra paz el sinónimo de infamia, acusó al presidente de sinvergüenza concertista para delinquir y lo parangonó con los subversivos, tildó de miserables a los militares que participan en la mesa, al Papa de lavapatas y a Jesucristo de bobo. Y ahí sí que tacó burro, porque ahora lo que es con Cristo es conmigo. No perdonó ni a Piedad Córdoba ni a Mockus ni a Petro, que es el anfitrión del evento, mejor dicho, acabó hasta con el nido de la perra que él tanto ama. Se despachó contra estas jornadas de paz acusándolas de ser una farsa, y desde luego unos farsantes los que participamos en ellas, y hasta tuvo su previsible cuchufleta para Gabriel García Márquez, a quien no le perdona sus errores de preceptiva ni su posteridad mal habida. Como decía mi abuela en un trance de estos: “Qué dirían en Popayán”.
Si todos nosotros somos unos farsantes, los cientos de rigurosos invitados del país y del mundo y los miles de asistentes devotos –como clamó el invitado estrella de la Alcaldía para inaugurar este evento–, no sé qué estamos haciendo aquí.
Los organizadores del evento fueron timados en su buena fe. Lo que no los exculpa. Malo si sabían que él acostumbra hacer sus necesidades intelectuales en plena mesa alcanzando el zarzo, para limpiarse con el mantel o la bandera que encuentre más a mano; y malo si no tenían noticia de sus pícaras ñoñeces reiterativas. Nos dejó a todos literalmente de baño. Nadie en su juicio puede someterse a esa extraña muestra de masoquismo intelectual, cual es facilitarle irrumpir en un foro de este calibre a un francotirador –al que yo llamaría más bellaco que el presidente, como él lo tilda–, para apañar no sólo los vítores de la platea de tanto vallejoso contagiado con su tirria más que  enfermiza. Primera vez que Petro se deja meter un dedo en el ojo, y de un tipo tan de cuidado. A quien para sacarle un elogio se necesita ser Cuervo.
Con lengua menos viperina afirmaba el expresidente López Michelsen que la violencia en Colombia obedecía a que éramos un país mal tirado. De allí que resulte tanto mal parido.
Contestarle es perder el tiempo, ya que el seudoanarcolibelista ha decidido que cualquier insulto le resbala. Y con razón, si es el único habitante del planeta que se conozca que se ha permitido mentarse la madre a sí mismo.
Acepto que esta no es la terminología adecuada para un foro de paz, y que caigo en la trampa de seguirle la cuerda, y que mucha gente piensa que siempre ha sido muy nadaísta su gesto. Pero algo va del nadaísmo a la patanada. Por eso resulta adecuado que sea un nadaísta quien le pise la lengua a ese contumaz boquisucio. En esta ocasión haciéndole la segunda a los cojonudos alzados contra la paz, que ya me imagino camino del monte a ocupar las vacantes cuando esta llegue.
Espero que cuando triunfe la paz, no inviten a celebrarla a don Fernando Vallejo. O por lo menos no nos inviten a nosotros. 
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El Espectador, 10 ABR 2015 - 8:16 AM
Dura crítica al escritor Fernando Vallejo

"Vallejo encarna lo peor de este país del que tanto denigra"

El director del Colegio del Cuerpo escribe esta carta abierta a Alfredo Molano Bravo, a propósito de su presencia al lado del escritor paisa en un panel durante la Cumbre de Cultura, Arte y Paz que se celebra esta semana en Bogotá.
Por: Álvaro Restrepo*





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viernes, 3 de abril de 2015

De: Juan Manuel Roca. Para: Fidel Cano Correa , El Espectador. 3 de abril de 2015, 9:10

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DeJuan Manuel Roca 
Fecha: 3 de abril de 2015, 9:10
Asunto: TRISTEZAS

Para: Fidel Cano Correa , El Espectador

Querido Fidel:

Veo asombrado una entrevista que le hacen en el  "Magazín" de "El Espectador" a Harold Alvarado Tenorio. Hat,en sueco quiere decir Odio,y en verdad es lo que destila este personaje. 

No quiero darle lecciones de periodismo a usted, ni más faltaba, pero una cosa es la democracia y otra, muy otra, la promiscuidad,

Como bien lo sabe, trabajé de planta (y no propiamente en el jardín botánico) en El Espectador durante más de 10 años y antes de hacerlo fui su colaborador desde el número 2 del Magazín Dominical, por invitación de Fernando Cano y Guilermo González Uribe.

Son suficientes años como para que usted sepa que no soy un simulador desde la ideología que finge ser de izquierda por conveniencia, en un país donde lo que en verdad conviene es girar a la derecha, dar el bandazo, cambiar de andén. 

Qué cosa más anacrónica, reaccionaria se decía con más vehemencia en otros tiempos y conservadora en el peor sentido, resulta pensar que uno tiene que ser derechista porque su padre o su familia lo fueron. Si esto fuera así, usted debería ser libertario como su padre, o liberal en el mejor sentido, como el otro don Fidel. 

Se que el señor de marras, un poeta malogrado que ataca a diestra y siniestra a quienes tienen una figuración que añora o envidia, tiene amigos en una sección lastimosa que ahora llaman Magazín, ¡vaya!, y que fue tan importante desde el nacimiento del diario en la calle de "El Codo" en Medellín hasta los días de Fernando y Marisol Cano. 

Se que un corresponsal al que llamaríamos poco ético, para no entrar en el dicterio, llamado Ángel Castaño, y que hace rato pasó de castaño a oscuro, celebra en su periódico todas las barbaridades del indigesto y amargado señor del que le hablo. Pero eso lo hace, y lo lamento, desde su carácter permisivo, apreciado Fidel, pero vaya uno a saber si esa es su idea bien intencionada sin duda, de inclusión y democracia.

Si usted revisara mi actitud y mis posiciones, antes, en y durante mi trabajo cotidiano en "El Espectador", podrá ver cuál fue y sigue siendo mi manera de ver el mundo, el país, la ética, la política y la estética. Nunca he sido incoherente, ni hay fisuras entre lo que pienso y lo que escribo. 

No solo soy yo el tergiversado, calumniado y agredido. Lea todo lo que escribe este señor con sus propias heces, sobre todo el que asome la cabeza, especialmente si el atacado de turno no es otro mandadero del uribismo, y sabrá, si no lo sabe, de qué le hablo.

La de este mal libelista es la misma táctica que en materia política funciona desde una brutal derecha colombiana: calumniar a todo el que disiente. Para qué le hago el listado de calumniados y tergiversados, Fidel, pues resultaría cuento de nunca acabar.

Repito: no le quiero dar lecciones de periodismo, pero una cosa es la democracia y otra la promiscuidad. 

Escritos como los del alienado del que hablo envilecen a su diario, el mismo diario ejemplar donde los polemistas, argumentales y no difamatorios, se llamaron Baldomero Sanín Cano, Luis Tejada, Hernando Téllez, Fernando González, Gabriel García Márquez, Luis Vidales, Ciro Mendía, Héctor Rojas Herazo, y paro la lista para no agobiarlo. 

Los asuntos ideológicos no se heredan, aunque Alvarado sí lo haga, pero aún resuena en mi memoria lo que me manifestaba su padre libertario, don Fidel Cano Isaza. Su padre me dijo varias veces. a su libre paso por las escaleras del periódico que usted y yo subimos tantas días, o en sus visitas afectuosas al Magazín, una publicación de la que me enorgullezco por haber pertenecido, muchas, pero muchas y estimulantes palabras, cálidas y elogiosas sobre mi trabajo.

A propósito de mi labor en "El Espectador", su padre afirmaba que lo que yo hacía, en compañía de Marisol Cano Busquets y Claudia Antonia Arcila, era "dignificar el país". Lo recuerdo, particularmente, agitando como un pañuelo una edición de la revista que hicimos en homenaje a Cioran.

Que algunos no sepan que no hay que confundir la crítica con el camorreo, la difamación con el análisis, vaya y venga, pero que usted sea uno de ellos, la verdad, duele más que ofende. 

Le ruego dar curso a esta carta en el que ha sido mi periódico desde la adolescencia hasta hoy y que no tenga que invocar un derecho a la réplica por su intermedio, pues yo, como tantos a los que injuria el señor Alvarado, no voy a hacer de ese patético personaje mi interlocutor. Ni más faltaba, mi querido Fidel.

Reciba mi aprecio de siempre, Juan Manuel Roca. 
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De Roca, a propósito de Harold Alvarado

Transcribimos esta carta del poeta Juan Manuel Roca *, a pedido suyo, como respuesta a una entrevista 
de Ángel Castaño con Harold Alvarado que publicamos en este espacio quince días atrás **.

Por: Juan Manuel Roca
 De Roca, a propósito de Harold Alvarado

EL ESPECTADOR .com , CULTURA 6 ABR 2015 - 11:33 PM

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PEQUEÑAS COSAS QUE TRAE LA PAZ. 

Por   JUAN MANUEL ROCA

Poema que leído por el autor el 6 de Abril, 2015, en la inauguración de la 
"Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la paz de Colombia" *,
 realizada en Bogotá, en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán.


Juan Manuel Roca durante la lectura de su poema

MAGAZÍN, EL ESPECTADOR, MARTES, 07 DE ABR DE 2015

El Poema en: http://ntcpoesia.blogspot.com/2015_04_07_archive.html

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---------- Mensaje recibido ----------
De: CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE

Fecha: 8 de abril de 2015, 18:46

Asunto: Fwd: La piedra de Roca
Para: NTC  ntcgra@gmail.com , "NTC ... eventos" ntc.eventos@gmail.com, Ángel Castaño G
 Apreciado Gabo,
 A propósito de una carta que difundiste a través de NTC … , te remito la respuesta del periodista y amigo Ángel Castaño, para que también la difundas, en derecho de réplica por el mismo medio (copio a Ángel)

C.A.Villegasuribe

Inicio del mensaje reenviado:
De: Ángel Castaño G
Fecha: 8 de abril de 2015 06:52:20 MDT
Asunto: La piedra de Roca
Carta abierta a un furibundo
Ángel Castaño Guzmán
 La Crónica del Quindío. Abril 08 de 2015

Leí con asombro y pesar una carta suya que me injuria, señor Juan Manuel Roca. Aparte de los chistes fáciles, celebrados hasta el cansancio por sus adláteres, encuentro su texto vacío de argumentos, indigno de un escritor de nombradía nacional, con dos doctorados honoris causa en la solapa. En varios momentos le aclara usted a Fidel Cano, el destinatario y víctima de sus confusas líneas, que no piensa darle lecciones de periodismo. Bien dicho, pues, la verdad, si me limito al contenido de su perorata, usted del oficio sabe poco. Juzga mi ética personal y profesional sin siquiera conocerme lo suficiente para hacerlo con propiedad. Entrevistar a alguien, trascribir las respuestas tal cual el personaje las dijo, no es faltar a la ética. ¿Por qué habría de serlo? ¿Acaso era mi deber apagar la grabadora o eliminar los pasajes adversos a los intocables personajes de la vida nacional? O mejor, ¿debí no entrevistar a Alvarado Tenorio, así su libro me haya parecido divertido y venenoso? No, señor Roca, aquello por lo que usted me censura –la fidelidad a las declaraciones ajenas–, es precisamente señal de respeto por la profesión. Por fortuna, los periodistas culturales no aplicamos la lógica excluyente del amiguismo, en la cual usted ha sido maestro insuperable, dispensando zalemas o denuestos según soplen los vientos de la conveniencia.
Me molesta de su epístola el abierto interés no en refutar a Harold Alvarado Tenorio, a quien usted llama poeta malogrado –juicio estético que evidencia sus veleidosos, estuve a punto de escribir camaleónicos, criterios: un ditirambo suyo publicado en la Revista Iberoamericana de Pittsburgh eleva a las cumbres del parnaso al hoy vilipendiado autor de Proverbios– sino en pedirle, cual Salomé posmoderna, mi cabeza al señor Fidel Cano, al tiempo que lo cree menor a los retos de la estirpe liberal de los Cano. ¿No se le hace una actitud alejada por completo de los ideales democráticos? ¿No ve en ello el talante propio de la caverna conservadora o del izquierdismo carnívoro? ¿Lee, entre flashes, poemas en Cumbres por la Paz y se enfurece porque alguien se atreva a cuestionarlo? Además, permítame serle franco, sus razones son deleznables: ¿Haber trabajado en el magazín dominical de El Espectador lo hace inmune a las críticas, sean estas acéticas o no? ¿Para entrevistar a alguien o reseñar un libro debe el periodista revisar el índice de los vetados por usted o por el ministro de turno o por quién sea? ¿Solo podemos, los reporteros, cubrir las novedades editoriales de los miembros de su sanedrín? Ni más faltaba. La zanahoria y el garrote funcionan con los burros, no con los ciudadanos.
Lo confieso, hubiese guardado silencio ante su injusto alegato –al fin y al cabo no me sorprende, y aquí corrijo la primera línea de esta misiva, pues varios amigos suyos de ahora y de antes me dicen que no es usted una persona tolerante a las reparos a su obra o sus actos– de no ser este una ataque a la libertad de expresión e información. Dice usted en dos pasajes: “(…) una cosa es la democracia y otra, muy otra, la promiscuidad”. Su prosa, aquejada por una sintaxis enmarañada, destila nociones ultramontanas de la vida. A esta altura, asume usted los rasgos del conservadurismo pacato, alérgico al debate, capaz de  esgrimir a la menor oportunidad, como el senador Merlano y Nicolás Gaviria, las credenciales de un prestigio marchito: usted no sabe quién soy yo. Eso, la promiscuidad, motivo de escándalo, lo llamo yo libertad plena y consciente. Así moleste, así sea urticante o revulsiva, saludo la promiscuidad, tan necesaria en países como el nuestro. Promiscuidad de ideas y conceptos, de banderas y partidos. Esto lo saben los liberales de verdad y los lectores de Aristófanes, Quevedo, Rabelais, Voltaire, Swift, Wilde, Klim, Orwell, Hitchens, Bolaño, Umbral, Antonio Caballero, Fernando Vallejo. No me extraña que usted no.





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