martes, 22 de octubre de 2013

La actual poesía colombiana ... . DIÁLOGO. Continuación I

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Publica y difunde NTC … Nos Topamos Con 
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VIENE DE: 

9 de octubre de 2013


¿La actual poesía colombiana ...? DIÁLOGO CON ARMANDO ROMERO ...

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NTC ... Seguimientos a Noviembre 2 de 2013
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Ha afirmado que la poesía colombiana es conservadora en sus búsquedas formales y temáticas. ¿Es nuestra lírica refractaria y autista en sus propuestas?

Sí, he dicho que hay una tendencia muy fuerte en la poesía colombiana actual a ser altamente conservadora. Para mí el término conservador no es negativo, y no lo uso para atacar a los poetas colombianos. Hay poetas conservadores excelentes así como innovadores muy malos. Pero lo que pregunto es por qué no hay más innovación, búsqueda formal, temática, dentro de la poesía colombiana. Hay un miedo al riesgo, a las posibilidades que nos brindan el juego de la imaginación, la memoria, los sentimientos, para hacer del poema algo más sugerente, más cercano a las realidades que vivimos. Piensa que si Vallejo se hubiera quedado contento con los poemas modernistas (realmente hermosos) de Los heraldos negros, nunca hubiéramos conseguido tener frente a nuestros ojos esa maravilla única que es Trilce. Hay que cambiar la canción de la vida profunda por la canción del salto profundo. De eso se trata. Pero esta no es una receta para todo el mundo. Los poetas conservadores podrán seguir escribiendo sus versos, lo importante es que no caigan en el vacío.
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FRAGMENTO DE: 
Por MARCOS FABIÁN HERRERA
AuroraBoreal , Madrid (Es) SÁBADO 02 DE NOVIEMBRE DE 2013 20:40
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De:  Rafael Escobar De Andreis

RE: REFLEXIONES SOBRE POESÍA CONTEMPORÁNEA

fecha:     21 de octubre de 2013. 12:09

Para:       Armando Romero, vía NTC … ntcgra@gmail.com

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DESDE  EL PALABREO , USC

REFLEXIONES SOBRE POESÍA CONTEMPORÁNEA

POR RAFAEL ESCOBAR DE ANDREIS ( 1 )

Cali, 21 de octubre de 2013,  12:09

A partir de una reflexión del poeta Armando Romero * de que la poesía colombiana es “conservadora”, en el taller El Palabreo nos hemos propuesto analizar este planteamiento.

Pero antes que mirar: ¿qué es una poesía “conservadora"? me pareció prioritario comenzar por dar una mirada a lo que se considera una poesía contemporánea, o moderna o actual como quiera llamársele. Y para tal propósito analizar determinados temas: ¿Qué se considera una poesía contemporánea? ¿qué características tiene? ¿cómo es su lenguaje? ¿de qué medios se vale para expresar lo poético? y a partir de allí ver nuestro propio trabajo en el taller para tener una idea de en qué lugar estamos ubicados, si nuestro poetizar es conservador o muestra visos de renovación. Y si concluimos, de acuerdo a los argumentos, que necesitamos renovarla, preguntarnos ¿cómo lanzarnos en esa aventura? ¿estamos dispuestos a correr riesgos en la estructura de nuestros poemas?

Santiago Kovladof, citado por Marcelo Di Marco en su libro Hacer el verso nos conduce por lo que según él son las características de la poesía contemporánea, es decir la actual.

El poeta debe caracterizarse por su “dificultad para situarse ante el mundo como algo diáfano y unidimensional”. Esta sería digamos una primera aproximación.

El poeta antes de querer apartarse de la bruma que rodea los objetos, explora esa bruma, y no le importa alejarse de esa diferenciación entre lo diurno y lo nocturno.

Así aparece el segundo rasgo de la poesía contemporánea, que es la dimensión de lo barroco. La realidad ya no está constituida por esos elementos diferenciados, con límites precisos, donde cada objeto está francamente separado del otro. Es como si nos ubicáramos en la noche donde cada cosa pierde su contorno. Ya no hay sino una serie de intersecciones infinitas, lo que dificulta una mirada excluyente, unidireccional. Lo real pasa a ser polivalente. La realidad no es ya algo estático sino en continuo movimiento. El discurso resultante es sinfónico, polifacético.

Esto conduce al tercer elemento de la poesía contemporánea, donde se encuentran múltiples tonalidades y caben todos los recursos de estilo para que resulte una expresión plural, heterodoxa, libre de cualquier canon estricto.

A partir de aquí nos introducimos en el libro de Alicia Genovese (Buenos Aires, 1953) cuyo título es: Leer poesía. Tomando algunas citas y ejemplos de diferentes autores que la poeta y ensayista recoge en la obra.

El poeta se acerca a una compleja singularidad que plantea la experiencia con lo real. Se trata de romper con el condicionamiento del lenguaje de la comunicación. Los mensajes comunicacionales son previsibles, lo que los vuelve triviales.

El poema logra su propio ritmo, su propia sintaxis, la puntuación regida por el respirar y todo resuena en la subjetividad.

La poesía se sitúa en lo que los discursos no mencionan, en lo no dicho.

“El poema no se preocupa por explicar lo percibido, lo tensa”

“El poema relativiza el tiempo real, valoriza más el tiempo de su enunciación”

El poema niega lo convencional pero no es solo subjetividad y ruptura. Favorece un posicionamiento del yo; reactualiza la percepción del mundo.

POESÍA Y PERCEPCIÓN.- Lo cotidiano que se desfamiliariza, una escena que se vuelve a mirar desde otro lugar y se resignifica.

La poesía propone nuevos enfoques, nuevas versiones de lo real, activadas por la carga subjetiva de quien escribe.

La percepción poética se detiene más en los detalles, en el fragmento.

“El tono y el ritmo aparecen asociados principalmente con componentes inconscientes”.

El poeta está más pendiente de lo azaroso, más atento a una circunstancia de desequilibrio y de equilibrio inestable que posibilita el poema.

En la poesía contemporánea el patrón métrico estricto ha desaparecido y su “fragmento vivo lo constituye una rítmica alejada del metrónomo”.

LEER POESÍA.- El mismo poema puede abrir pistas acerca de cómo leerlo, la letra del poema es insustituible.

En cuanto al yo del poema o el yo de enunciación se posiciona de diferentes maneras en el poema y no es tan simple identificar su presencia relativa o su ausencia, incluso su distancia a través de la primera persona (confesional) o de la tercera más distante.

En la poesía contemporánea, la ubicación del sujeto en la manera de visualizar su objeto puede mantenerse o puede descentrarse y buscar otro foco en el transcurso de un mismo poema, creando una ambigüedad de enunciación que a veces impide leer la construcción subjetiva.

La idea del yo lírico tradicional, aquel ligado al canto, a la alabanza, la elegía constituye un punto de referencia ineludible para hablar luego del yo poético y reconstruir las variantes y descentramientos que la poesía moderna ha ido experimentando.

POSICIÓN DEL YO.- En la heteronimia se cuestiona lo que se ha considerado como la unicidad del yo, es decir, una única y a veces omnipotente voz autorial.

Gelman comienza a experimentar con los heterónimos para cortar con el intimismo en el que sentía estaba cayendo su poesía. “Mi poesía se estaba volviendo muy íntima”.

En Cólera buey por primera vez introduce heterónimos: John Wendel y Yamanokuchi Ando.

En Lamento por el sapo de Stanley Hook dice el poema:

Stanley Hook llegó a Melody Spring un jueves de noche con un sapo en la mano
“oh sapo” le decía “sapito mío íntimo mortal y moral y coral
No preocupado por esta finitud
No sacudido por triste condición furiosa” le decía […]

Gelman a diferencia de Masters usa la tercera persona, mediatizada más por el heterónimo.

Así, reconstruye un yo poético que se descentra de una voz autorial única y monocorde, ante la duda y el rechazo de la propia identidad como “poeta íntimo”.

La identidad autorial se disgrega como esencia y se transforma en la continua búsqueda de un yo como otro.

Yo, Olga Orozco, desde tu corazón digo que muero
Amé la soledad, la heroica perduración de toda fe,
El ocio donde crecen animales extraños […]

El poema habla desde un tú (tu corazón) y agrega al primer verso y al poema entero, un enorme desconcierto. ¿Quién habla en el poema y con quién? ¿Quién es ese tú?

Ella hubiera querido guardarme en el desdén o en el orgullo,
en un último instante fulmíneo como el rayo,
no en el túmulo incierto donde alzo todavía la voz ronca y llorada
entre los remolinos de tu corazón.

Y más adelante agrega:

Pero debo seguir muriendo hasta tu muerte
Porque soy tu testigo ante una ley más honda y más oscura que los cambiantes sueños.

El tú puede ser el interlocutor amoroso o las tres personas pueden ser desdoblamientos, el yo sería una multiplicidad y se vuelve inestable.

“No hay yo poético que sea uno y para siempre, se hace, se rehace”.

POESÍA Y SUBJETIVIDAD.- "Quien escribe elige palabras, hace un descarte lexical, elige tonos, un registro de lengua, utiliza un tipo de sintaxis más o menos artificiosa, la primera persona, la tercera o la segunda, se sitúa en una búsqueda lacónica de exactitud o en un acercamiento más aproximativo al sentido, sigue un ritmo como una emisión pausada, con silencios marcados o más jadeante”.

“Hablar de un “yo” definido, estático, como de una identidad única y definitiva resulta, por lo menos, riesgoso. El yo desde la modernidad, ha dejado de ser una totalidad sin fisuras”.

Leonidas Lamborghini, en el Solicitante descolocado, incluye: Las patas en la fuente donde alterna las voces de El solicitante descolocado y el saboteador arrepentido. Utiliza giros coloquiales, lenguajes de los militantes políticos de los años sesenta.

Me detengo un momento
por averiguar de antecedentes
trato de solucionar importantísimos
problemas de estado;
vena mía poética susúrrame contracto
planteo, combinación
y remate.

Más adelante dice el solicitante descolocado:

a no poetizar
ya más
lo podrido
está podrido
lo enfermo
está enfermo
no digo
no
quedar en la puteada
gritó
el que estaba desde la
pero sí
que hay que acabar
con el miedo
a pegar el cascotazo
dijo pegando el
lanzando un

Aquí se observan dos recursos: la elisión de palabras, que es un vacío, que deja en suspenso el verso para que el lector lo complete. El otro recurso es la tautología: lo podrido está podrido, un predicado que no añade nada nuevo al tema. Pero indica que lo que no sirve debe desecharse.

También Lamborghini se vale de la poesía para criticar lo clásico y anquilosado:

¡Comprende que es importante
Que te teman!
[…]
golpea
golpea
en la llaga
libre de la “belleza”
libre de lo “poético”
y golpea
gritó asomando detrás de
desde la
y que ese sea tu gesto
y que la palabra sea
tu gesto

Pero Lamborghini también utiliza además de la cultura callejera, referentes filosóficos, por ejemplo el aforismo de Nietzsche: “Di tu palabra y rómpete”. Así como lo citado por Huidobro en su Arte Poética: “Que el verso sea como una llave/ Que abra mil puertas”.

que tu palabra
sea irrupción
de lo espontáneo
que lo que digas
diga tu existencia
antes
que tu “poesía”
[…]
que tu verso
dé la vida
antes que su comentario


Lo que deducimos es que hay opciones, problemas, miradas, puntos de vista que cada escritor les va dando la importancia que considere y que a pesar de que de allí puedan partir muchas ramas y senderos, a veces en apariencia irreconciliables, con todo ese material el poeta va construyendo su propia voz.

Lo importante es que aunque los textos “muestren percepciones diferentes, son el resultado de un diálogo propio y afectivizado con el mundo, que son una afirmación de una diferencia productora de singularidades”.

LO ACCIDENTAL EN EL POEMA.- “La captación del aquí y ahora, como observaba Bashö en el Japón del siglo XVII, la captación del espacio actual y del tiempo presente, de lo singular […] se ha convertido con variantes y transformaciones en un concepto básico para el acercamiento a parte importante de la poesía contemporánea”.

Hugo Padeletti, nacido en Alcorta, Santa Fe, Argentina, en 1928 solo fue reconocido al publicar en 1989 sus Poemas (1960-1980)

Su poesía asocia elementos inesperados o capta el objeto presente en un momento actual. Y puede introducir en el texto el vuelo de una mosca, un refrán o un sonido.

Alicia Genovese compara su escritura con la pintura japonesa del siglo XIV llamada: sumi-e que significa “tinta negra”, son trazos que requieren concentración y oficio. El artista moja el pincel, lo aplasta contra el papel y de acuerdo al trazo aliviana el peso de la mano. Antes de cualquier movimiento hay que estar concentrado y conteniendo la respiración. Se requiere concentración y oficio.

En forma similar Padeletti no necesita sino un espacio y cualquier cosa a su alrededor.

Habría que girar alrededor
de ti, como lo hace esta mosca,
para captarte en toda tu extensión
redonda (tierra al fin),
verdirroja
brillante, suavemente
perfumada.
Habría que clavarte los dientes
después para saberte crujiente
pulpa agridulce que da ganas
de tragar.
Y habría que alejarse y regresar
de pronto distraído
de todo,
para sentirte, oculta,
reposar en tu forma.
Rotunda, irrefutable,
inequívocamente modelada
por la luz sobre el plato
escuetamente blanco,
qué opulencia despliegas simplemente
por ser así:
                   Manzana,
y no la nada.

El poeta gira alrededor del objeto sin mostrarlo, como lo haría una mosca y solo al final lo muestra con toda su fuerza.

Se trata de estar abiertos a la percepción y no dejar escapar detalles. Trabaja con lo azaroso, lo imprevisto y así como en la pintura sumi-e, con atención y paciencia va construyendo el poema.

Un poema en estado
naciente
es un tono pensante.
                   Precipita
por imprevistos.
                   No discierne
entre el ángulo oscuro y el confuso
de la luz,
y…lo siento:
pensaba en elementos,
para un poema
junto al canario.
No me esperó, lo está cantando.
La poesía se hace
queriendo
y sin querer.
         Golpes
en esta costa
y se juntan arenas
en la otra.

Escribe como si no hubiera un plan previo y la voluntad se fuera escurriendo por pasadizos que van apareciendo.

El poema
es otra cosa. Es,
de pronto,
su propia mariposa.
Lo primero es la hebra, lo que sigue
-acogido o cambiado,
reducido, realzado, dividido
en eco o en contraste-
depende. Largamente
se rehace. Si vive,
sobrevive
[…]
El poema
Respira por sorpresa. Cada pausa
lo deja renacer,
le incorpora silencio-ciertas islas
son el agua.

Los silencios y las pausas forman parte del poema, así como ciertas islas son el agua. De esta manera Padeletti nos muestra la forma como trabaja y lo hace a través de la poesía misma.

Josu Landa en su libro: Poética nos dice respecto al tema: “El poema solo es posible en la medida en que aparezca como entidad diferenciada por los límites del silencio. Para decirlo metafóricamente, el poema solo puede darse como isla rodeada por las aguas del silencio. Así, el silencio se manifiesta como el fondo sobre el que destaca materialmente el poema; […] De hecho, componer la obra poética consiste en lograr un equilibrio adecuado entre la materia verbal y el silencio”

El mismo autor se pregunta sobre la prosa poética y se basa en el siguiente texto para hacer el análisis: Una puesta de sol es como ver dormirse al niño. Escúchame María: esto es cierto y no es cierto, porque Luis Cristóbal se duerme a oleadas y no hay luz comparable a esa luz, que va entonces fundiéndose en sus ojos como el hielo se funde en el agua.

Y dice Landa: “Toda la composición del texto transcrito descansa en una retórica de marcada vocación extra-narrativa, ajena a la mera discursividad”. Y es que de entrada vemos que hay un símil en la primera oración, “no hay luz comparable a esa luz” es una hipérbole, fuera de otras figuras, lo que nos indica que dicha estructura no es producto del azar, se ve allí una intención poética.

De manera similar si tomamos los sustantivos: túnel, sangre, dedos y tierra, y el artículo “la” , la conjunción “y”, la preposición “de” y el adverbio “debajo” solo se ve que estas palabras más allá de sus significados comprensibles pueden transformarse en texto poético, como lo hizo Neruda: “La sangre tiene dedos y abre túneles/ debajo de la tierra”. Es decir, Neruda logra que las palabras y sus combinaciones “pongan en entredicho sus significados originarios” Landa, op.cit.

Otro ejemplo que toma Landa es una estrofa de Gutiérrez Nájera: “Recordar… Perdonar… Haber amado… / Ser dichoso un instante, haber creído… / Y luego reclinarse fatigado / En el hombro de nieve del olvido”.

En este texto se nota que hay un contenido como de sentencia o consejo pero la estrofa final es una figura donde por lo menos es difícil, por no decir imposible, encontrar un mensaje tal y como los significados originarios de las palabras nos transmitirían.

Es decir que lo que tiene de poético el texto aludido es la forma como se articulan las palabras: “hombro”, “nieve” y “olvido” renunciando a lo que la convención lingüística normalmente les confiere como significados. Es decir, ya no queda nada de “mensaje” en ellas.

Esto es lo que le da según Landa el carácter de poético, y él lo llama el Principio de Transignificación.

En resumen yo diría que no debemos tener miedo de utilizar todos los medios que nos brinda el lenguaje, por ejemplo: incluir diferentes personas (primera, segunda, tercera), o meter un poema o fragmento dentro del poema; o expresiones coloquiales, incluso lugares comunes; experimentar con formas de sintaxis; no temerle a las ambigüedades; valerse del humor, de la ironía; explorar con finales abiertos o cerrados. Pero lo que debe quedar claro es que la utilización de tales recursos no debe darse de forma gratuita, de un “porque sí” sino de acuerdo con el contexto de cada poema. Ya que si no lo hacemos así, podríamos caer en un “todo vale” que no considero sea el propósito de una renovación.

Quiero terminar con una cita de El cuaderno de Blas Coll de Eugenio Montejo: “Prosa es toda representación de conceptos; poesía, en cambio, es imagen pura, acecho de la palabra desde la zona de nuestra mente no contaminada de verbalidad”

Como siempre y a partir de este diálogo que hemos comenzado con el poeta Armando Romero, y al cual invitamos otras voces, esperamos sus comentarios a este pequeño aporte.

Fraternal abrazo,

RAFAEL ESCOBAR DE ANDREIS
Octubre de 2013
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De: ARMANDO ROMERO 

 Fecha: 22 de octubre de 2013,  14:02
Asunto: La actual poesía colombiana ... .  DIÁLOGO.
Para: NTC ... ntcgra@gmail.com


Estimados amigos de NTC,


Es estimulante que la proposición que yo hice algunos días atrás sobre el conservadurismo de la poesía colombiana actual haya encontrado eco entre algunos amigos en Cali, y que sirva como impulso para la reflexión sobre la poesía. Estoy completamente seguro que este tipo de diálogo es lo único que nos puede salvar de las capas de barro, para no decir otra cosa, que nos caen como producto de las luchas en el “campo literario”. Debo responder al amigo Ignacio Coral que si bien algunas de las ideas que expuse en mi correo anterior no fueron a lo mejor formuladas lo más claramente posible, el espacio que esta forma epistolar nos permite no es suficiente para probar académica o críticamente una idea. Son más bien llamadas al diálogo, a la reflexión, las cuales poco a poco se pueden ir condensando en algo más sustancial, lo cual nos evitará caer en “generalizaciones injustas” como él señala. Creo que mis libros críticos de años atrás sobre la poesía colombiana son base para mis planteamientos.

Ahora bien, cuando yo hablo de una “musicalidad de tonos bajos, monocordes” quiero señalar una poesía monótona, sin mayores variaciones ya que sigue una misma línea discursiva. En ella el poema se centra en una idea poética y prescinde del sonido interno/externo de la palabra y de sus combinaciones sonoras. El poema, pegado al papel, salta directamente a la inteligencia que lo analiza racional y sensiblemente, y así lo siente sin mayor necesidad del juego del lenguaje. Al contrario, en un poema de variados tonos y cuerdas sonoras, las posibilidades que abren los significados al presentar una forma de lectura acorde con los significantes, permiten que una nueva realidad poética florezca en medio de ese camino a la comprensión. Y es allí donde encontramos la realidad interna del poema, esa oscuridad que deviene inmensa claridad cuando el poema se completa en la lectura, y tal vez nos podemos arriesgar a decir que es la música de su silencio.

Recuerdo esta sentencia de Ezra Pound que siempre se cita pero que me parece fundamental: Music begins to atrophy when it departs too far from the dance... poetry begins to atrophy when it gets too far from music.”

Encuentro muy útiles las reflexiones que trae Escobar de Andreis sobre la poesía contemporánea. Creo que un libro que merece siempre leerse y revisarse es “Estructura de la lírica moderna” de Hugo Friedrich. Ahora bien, me atrevo a hacerles dos o tres proposiciones a nuestros amigos de El Palabreo y a los otros poetas o críticos interesados que lean estas páginas:

La primera sería empezar a analizar a algunos de los poetas actuales colombianos y ver en cuales se cumple o no esta apelación de “poesía conservadora”. No soy yo el indicado a dar nombres porque se prestaría de entrada a ser interpretada esta escogencia como un juicio crítico mío y no es eso lo que se busca aquí, así que dejo la selección a ustedes.

Segundo, como ya lo dije antes, ver los poetas latinoamericanos que les señalé antes. En este caso, si ustedes no tienen acceso a sus poemas yo puedo facilitar algunos y buscar poetas colombianos que "dialoguen" con ellos en poesía.

Tercero, ver a la luz de las ideas que trae Rafael Escobar de Andreis este fragmento de “Cuatro cuartetos” de T. S. Eliot. Esto con el fin de abrir el diálogo con él:

Las palabras se mueven, la música se mueve
Sólo en el tiempo; pero aquello que sólo vive
Puede sólo morir. Las palabras, después del discurso, alcanzan
El silencio. Sólo por la forma, el patrón,
Pueden las palabras o la música alcanzar
La quietud, como un jarrón chino sigue
Moviéndose perpetuamente en su quietud.
No la quietud del violín, mientras dura la nota,
No sólo eso, sino la co-existencia,
O digamos que el fin precede al principio,
Y el fin y el principio estuvieron siempre ahí
Antes del principio y después del fin.
Y todo es siempre ahora. Las palabras se tensan,
Se agrietan y a veces se rompen, bajo la carga,
Bajo la tensión, resbalan, se deslizan, perecen,
Decaen con imprecisión, no se quedarán en su sitio,
No se quedarán quietas. Voces chillonas
Regañando, haciendo burla, o sólo charlando
Siempre las asedian. La Palabra en el desierto
Es sobre todo atacada por voces de tentación,
La sombra gimiente en la danza fúnebre,
El sonoro lamento de la quimera desconsolada.
La esencia de la forma es el movimiento,
Como en la figura de los diez peldaños.
El deseo en sí mismo es movimiento
No en sí mismo deseable;
El amor es en sí mismo inmóvil,
Sólo la causa y el fin del movimiento,
Atemporal y sin deseo
Excepto en lo relativo al tiempo
Atrapado en forma de limitación
Entre no ser y ser.

Siempre con ustedes,
Armando
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