martes, 7 de febrero de 2012

Denuncia penal contra Oscar Collazos. Defensa y convocatoria. "El fantoche". Por Jotamario Arbeláez .

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* Se actualiza periódicamente. Febrero 7, 2012
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Actualización a Marzo 6, 2012, 8:30 PM. 
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Contratiempo

La defensa
del amigo

El devenir del hombre desde que descubrió el garrote y por extensión el insulto– ha oscilado en atacar y en defenderse. Y en hacerse aliados para el ataque y la defensa. Los que se confabulan para el ataque son casi siempre interesados. Los que se ligan para la defensa suelen ser gratuitos. Defender al indefenso se impuso siempre como una regla humanitaria. Así como tomó fuerza otro canon: el de que la mejor defensa es el ataque.

Un escritor que es como mi hermano tenía sobre su cabeza la espada  de ser conducido al tribunal por uno de sus escritos, presuntamente injurioso contra un magnate. Aunque Óscar Collazos no es ningún maniatado –y polémicas es lo que ha gestado en su ya larga y prolífica vida de intelectual vigilante–, le es muy jodido a cualquiera, por pública y aguda que sea su pluma, defenderse solo y con más palabras, porque puede agravar el caso ante el señor juez.

Me armé contra la injusticia. La frase puede ser de Rimbaud, pero es lo que venimos haciendo desde que nos impusieron desniveles y privilegios. En la columna que sostengo en El Tiempo desde hace más de 20 años y en la que me han permitido expresarme sin tapujos ni cortapisas, me referí al tema y al personaje de una manera burlesca, desafiando la posibilidad de ser a mi vez demandado, lo que elevaría al colmo el absurdo. Todo para bajar el tono que llevaban las cosas hacia el juzgado.  
    

Paréntesis. Entre las máximas de la sabiduría popular brilla aquella de que es deber asistir al entierro del amigo, pero no enterrarse con él. Parece ser el caso de William Ospina, quien en honor a la amistad y admiración por las virtudes del psiquiatra nómada Luis Carlos Restrepo–acusado hasta el hueso por la Fiscal que ayudó a tumbar–, publicó (el escritor) una columna solidaria, donde por extensión defiende un esquema que venía denunciando con cierto tino. Es posible que el doctor Restrepo haya sido impoluto hasta  cuando se le disolvió la ternura. Pero ya nos advertían nuestros padres, hay que evitar las malas compañías, así sean presidentes de la república. La reacción de muchos de los fieles lectores y admiradores de William se parece más a un desencanto porque se le fueron las luces, que a una acusación de complicidad con el enemigo. Aunque un poeta fugaz aprovechó para tildarlo de desembozado traidor, y de adehala para tratar de destruir de un plumazo su obra en prosa y en verso, cosa que no venía al caso. Cierro.

Ya se celebró la conciliación entre el empresario Carlos Mattos y el periodista escritor, a satisfacción de las partes, aunque Collazos no se retractó de lo que se decía que había dicho pero no dijo. Aclaró lo que para el demandante fue suficiente: que no era su intención poner en duda el origen de su fortuna ni lesionar la honra a que tiene derecho como ciudadano.

¿Y cómo quedo yo en estas paces? No viene muy al caso la referencia, pero sabemos de peleas de parejas en las que ha intervenido un tercero de buena fe y, una vez que éstas se avienen, lo que se gana el pato es un trompadón en el ojo. He reiterado que desde hace algún tiempo cesé en mi función de insolente cantalatabla y desfacedor ambulante de entuertos. Mi extático estado espiritual –y quizás mi colonia de caballero–, me impiden, no por miedo ni tembladera sino por tranquilidad de conciencia, hacerme a un enemigo gratuito. Y mucho menos por cuenta de mi terminología literaria. Cumplí como amigo con el amigo para hacer ver que la amenaza jurídica no ameritaba continuidad. No tengo ningún rencor por la prestancia y la fortuna del empresario, que por ser productos de su trabajo también deben ser objeto de su disfrute, así se haya excedido ligeramente en su ostentación. Celebro el triunfo legal de Óscar pero al mismo tiempo, y sin que nadie me lo requiera, no tengo ningún reparo en satisfacer con mis disculpas al señor Mattos, en el supuesto de que se haya sentido ofendido por el calculado calibre de mis expresiones. A tal señor, tal honor.
jmarioster@gmail.com                 
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Conciliación entre el empresario Mattos y el columnista Óscar Collazos

Conciliación entre Mattos y Collazos
Óscar Collazos (izq.), columnista de EL TIEMPO y Carlos Mattos (der.), representante de Hyundai.
Foto: Archivo / EL TIEMPO










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A Collazos no le consta nada irregular sobre las actividades de Carlos Mattos.

Tras un acuerdo firmado en Cartagena, el empresario Carlos Mattos, representante de la Hyundai en Colombia, anunció que retirará una denuncia por injuria y calumnia interpuesta contra el escritor y columnista de EL TIEMPO Óscar Collazos.
La pelea judicial, que se prolongó por varios meses y que incluso llevó a que el columnista pusiera el caso en conocimiento de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), al considerar que estaba siendo víctima de acoso judicial, terminó con un acuerdo amistoso.
El siguiente es el texto de la conciliación realizada el 21 de febrero, ante la Notaría Primera de Cartagena:
"El escritor y columnista Óscar Collazos y el industrial Carlos Mattos le informan a la opinión pública que llegaron al siguiente acuerdo amistoso: el señor Collazos deja constancia de que no ha pretendido jamás imputar delito alguno al empresario Mattos, atacar su honra, irrespetar su integridad personal, empresarial y familiar o poner en entredicho el origen de su fortuna, de sus empresas y de sus negocios.
"Como consecuencia de lo anterior, el señor Mattos retirará la denuncia interpuesta contra el señor Collazos por injuria y calumnia, dado que, según la aclaración hecha por el escritor al abogado Abelardo de la Espriella, apoderado del denunciante, reiterado y confirmado en este documento, no le consta nada irregular e inmoral alrededor de las actividades comerciales del señor Mattos.
"Por su parte, el señor Mattos hace saber que nunca ha vulnerado el derecho del señor Collazos a expresar libremente su opinión en los medios de comunicación social"..
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Semana, Feb. 25, 2012.Confidenciales 

El columnista Felipe Zuleta fue el hombre clave para dar fin a la denuncia por injuria y calumnia que Carlos Mattos había instaurado contra el periodista Óscar Collazos. Mattos había sentido lesionada su honra ante insinuaciones del escritor cartagenero sobre el origen de su patrimonio. Zuleta reunió a las dos partes y Collazos reconoció no tener evidencia de irregularidad alguna en las actividades comerciales del empresario, agregando que nunca pretendió “irrespetar la integridad personal, empresarial y familiar” de su contraparte. El acuerdo fue firmado por las partes y por el abogado Abelardo de la Espriella en la notaría primera de Cartagena.

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NTC ... Compilaciones del debate: 
Publica y difunde: NTC …Nos Topamos Con 
* Se actualiza periódicamente. Febrero 26, 2012
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Juan Gabriel Vásquez

La plutocracia despeinada

Por: Juan Gabriel Vásquez
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23 Feb 2012 - 11:00 pm El Espectador .com , http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-328431-plutocracia-despeinada Impreso Feb 24. 

Mientras los jueces ecuatorianos dictaban sentencia de muerte al periodismo de opinión, yo me enteraba —sin duda con retraso— de un caso colombiano que no es completamente ajeno a lo sucedido entre Correa y El Universo.

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A mediados del año pasado, el novelista Óscar Collazos dedicó su columna en El Tiempo a un empresario colombiano cuya vida privada (sus rutinas, pero sobre todo sus propiedades) había sido retratada en un video que se volvió inmediatamente célebre. En él, una periodista española visitaba la casa del empresario en Cartagena, se subía a su ascensor y a su carro y a su avión, hacía algunas preguntas y recibía las respuestas. Y eso era todo. Pero el retrato que se desprendía del video, a pesar de documentar sin ambigüedades la riqueza del empresario, se prestó a comentarios que no fueron de admiración: dos de ellos, los de María Jimena Duzán y Daniel Samper Ospina, fueron particularmente críticos o sarcásticos con la exhibición (es el verbo correcto) que el empresario hace en aquellas escenas. Pero es la columna de Óscar Collazos la que ha llevado al hombre —en un ataque de colombianidad— a demandarlo penalmente por injuria y calumnia. Digo colombianidad, en efecto, porque nuestro país sigue siendo un país de leguleyos donde los debates han sido reemplazados por los juzgados.
Pues bien, yo acabo de releer la columna de Collazos y no logro entender por qué le pareció al abogado que hay el más mínimo mérito para la demanda. Léanla ustedes también y comprueben esta situación extraña: el empresario ha demandado por injuria y calumnia a un columnista que en toda su columna apenas si se refiere directamente a él. El cargo de calumnia es simplemente absurdo, pues en ningún momento se le atribuyen al empresario hechos ni palabras distintos de los que aparecen en el video: más bien se le atribuyen sólo las cosas que el video enseña. Aceptemos, por otra parte, que los adjetivos son la herramienta de quien injuria: no se puede injuriar a alguien, creo yo, sin calificarlo. Y resulta que en la columna Collazos le dedica al empresario sólo tres adjetivos: riquísimo, hortera e intrascendente. Que es riquísimo es algo que salta a la vista; que es intrascendente es algo que no podría repudiar un juez, pues la trascendencia no se puede demostrar en un juzgado. Mi diccionario define “hortera” como “de mal gusto”; si el juez ha admitido la demanda con base en este adjetivo, muy pronto se verá en la situación inverosímil y ridícula de tener que llamar peritos para calificar el gusto del empresario. ¿Quién vendría para hablar de eso? ¿Hay expertos conocidos o se tendría que poner un aviso en la prensa?
La mentira y el insulto no deberían, no deben, tener lugar en la prensa; manifestar una opinión negativa acerca de alguien es, por el contrario, una prerrogativa a la que no hay que renunciar. Eso es lo que ha hecho Collazos, y además lo ha hecho con elegancia: pocos columnistas comienzan una crítica con las palabras “sin ánimo de ofender”. Y lo que interesa a Collazos —y esto lo ve cualquiera que sepa leer— no es ni siquiera la persona del empresario, sino algo mucho más profundo: una exploración de cierta plutocracia colombiana. Esa plutocracia tan vulnerable que desenvaina no ya la espada, sino el abogado, apenas le dicen que está despeinada.

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El escritor se defiende

"Nunca he calumniado a nadie": Óscar Collazos

Por: Carlos Ardila González

Casado en tres oportunidades, el autor de ‘La modelo asesinada’, ‘El exilio y la culpa’ y ‘Adiós a la virgen’, entre otras obras, dice —sin embargo— que ama la libertad, “porque, en el amor, uno es libre de continuar o romper. Libre no es sólo el que rompe; es el que continúa...”.


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RESPUESTAS DE OSCAR COLLAZOS a la 
ENTREVISTA AL EMPRESARIO CARLOS MATTOS EN SEMANA. 

Señores NTC ... et al:

“Éstas son, punto por punto y brevemente, las respuestas (en rojo)  que doy a la entrevista con el Sr. Carlos Mattos publicada ayer en Semana. Es un documento de uso privado que puede ser difundido en los medios, si lo desean.” Atte., Oscar Collazos



SEMANA: Usted demandó por injuria y calumnia al periodista Óscar Collazos. Las posibilidades de ganar esos pleitos en Colombia históricamente han sido pocas. ¿Por qué lo hizo?
CARLOS MATTOS: La libertad de expresión no significa que los periodistas estén por encima de la ley, ni que puedan asumir la función de los jueces. Aquí también existe una tradición de respeto por el buen nombre y la dignidad de las personas. Esa es lo que estoy invocando.

De acuerdo. No he asumido en ningún momento las funciones de juez, acusando y condenando.


SEMANA: Pero en Colombia no es delito expresar opiniones, aunque no le gusten al afectado. 


C.M.: Una cosa es expresar una opinión y otra acusar a una persona de un delito, que es lo que hizo el señor Collazos. Eso es calumnia y una calumnia sí constituye un delito.

NO LO HE ACUSADO DE NINGÚN DELITO



SEMANA: ¿Y cuál fue la calumnia que le hicieron a usted? 


C.M.: El periodista habló de un supuesto origen “oscuro” de mi fortuna. Esa no es una afirmación que yo pueda dejar pasar callado. He trabajado 30 años con mucho éxito como representante de Hyundai en Colombia, doy trabajo a más de 2.800 familias y esa insinuación me hace daño a mí y a mi familia.



No he hablado ni escrito del origen oscuro de su fortuna.



SEMANA: Pero Collazos considera que el motivo de su acusación es que él criticó su financiación al alcalde de Cartagena, la cual él relaciona con sus intereses comerciales en Chambacú. 


C.M.: Esa es una interpretación que él tiene que demostrar. Yo tengo una casa en Cartagena y, como muchos empresarios que creían que Campo Elías Terán sería un buen alcalde, participé en su campaña. Inferir que apoyar a un candidato obedece a algún propósito irregular es otra cosa que tampoco puedo permitir. 



Primero, las interpretaciones no se demuestran. Y yo sí puedo inferir que el apoyo económico a un futuro gobernante de elección popular por parte de un empresario que tiene inversiones o las tendrá en su jurisdicción tiene un propósito irregular: buscar sus favores. Esto no configura en principio delito pero es una irregularidad ética de las partes que puede llevar a actuaciones delictivas.



SEMANA: Pero dentro de los criterios de libertad de expresión hay posibles interpretaciones de los hechos que pueden ser considerados por un juez más una opinión que una calumnia.


C.M.: Creo que los ciudadanos particulares no podemos ser tratados por los medios de comunicación con el mismo rasero que los funcionarios públicos. Yo creo que toda persona, mientras no cometa un delito, tiene derecho a que se le respete su privacidad. 



Yo no he irrespetado la privacidad del Sr. Mattos. En cierto sentido, ha sido él el que la ha irrespetado al exhibirla públicamente: sus casas, su esposa, sus hijos, su habitat, etc. Lo que se comenta públicamente de su privacidad es lo que él ha permitido que se conozca.



SEMANA: ¿Entonces cuál es su objetivo con la demanda?


C.M.: Yo no quiero perjudicar al señor Collazos como él me ha perjudicado a mí. Lo que quiero es que él se retracte y respete mi buen nombre. Si él logra demostrar que yo incurrí en alguna actividad ilegal, que los jueces me condenen; pero de no ser así, que reconozca que se equivocó. 



No puedo retractarme porque no he hecho acusaciones ni condenas que configuren delito. No me he equivocado, al menos en este caso, aunque me equivoco a menudo. No he dicho en ninguna parte que el Sr. Mattos haya incurrido en actividad ilegal.



SEMANA: ¿Y usted ve una conciliación cercana? 


C.M.: En este momento Collazos y mi apoderado están hablando y posiblemente va a tener lugar una reunión entre ellos. Creo que ni él ni yo tenemos interés de que esto pase a mayores y que lo que estoy pidiendo es elemental y justo. Lo único que pido es que se me respete mi integridad personal, empresarial y familiar.

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 Denuncia penal contra Oscar Collazos. 
Defensa y convocatoria. 
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"El fantoche".
 Por Jotamario Arbeláez . 

Contratiempo

El fantoche

Jotamario Arbeláez

Se publicará en EL TIEMPO, Febrero 8, 2012 

Carlos Mattos es un fantoche. Por lo menos esa fue la imagen que dejó tras el video* que le concedió a la periodista española Samanta Villar, quien en alarde de gracia lo develó caminando desnudo por sus ampulosos dominios, como el rey del cuento infantil. Aclaro que la frase anterior es una ‘metáfora’, que traduce que lo dejó en los físicos cueros. Lo hago antes de tener que arrostrar una denuncia por calumnia e injuria, apadrinada por algún majestuoso abogado de esos que se prestan a todo por la plata de un querellante. El video* tuvo amplia resonancia en los mentideros, y en particular le hicieron eco María Jimena Duzán* y Daniel Samper Ospina*, a cual más impío y caricaturesco, convirtiendo al soberbio potentado en algo así como un rey de burlas. Porque no hay nada más infamante para una comunidad que el newrichismo insolente. En este caso, del presidente para Colombia de Hyundai. En la prensa de provincia no tardaron en saltar circunspectos columnistas, no voy a asegurar que pagados porque no me consta, pero por lo menos se les nota la obsecuencia extrema y la pleitesía.

         Para poder referirme a las columnas de la Duzan y de Danielito he estado buscando a través del Google pero no me aparecen, y ni siquiera el video* de la española, por lo que sospecho que los han bloqueado, no sabría decir por orden de quién ni con qué derecho.

El caso es que Óscar Collazos, escritor amante de Scott Fitzgerald, decidió dedicar su columna Ricos y famosos* al tema, donde resume y comenta la percepción de sus colegas, y termina, refiriéndose a la última parte del video cuando el personaje de marras asiste al Congreso a ser condecorado, sin darse cuenta de que esa condecoración equivalía a otra burla institucional. Cómo será que también yo, poeta nadaísta, recibí con gran bombo la medalla del Congreso en el grado de Comendador. Ante ello, Collazos se pregunta: “¿Quién condecora al personaje?… No creo que lo condecoren sus amigos, los políticos. Lo condecora la Política como institución, que está hecha por peones tan intrascendentes como el condecorado. Lo que prevalece es el encuentro ceremonioso de política y riqueza como símbolos de una época.” Y quién dijo miedo. Para quitarse la imagen de lobo que le dejó el video ahora se las quiere tirar de lobo feroz. Y este arrogante personaje, disparado hacia un norte disparatado y sin que el prestigioso abogado que contrató le advirtiera de las consecuencias ridiculizables de su arrebato, presentó denuncia penal contra el escritor, por el delito de calumnia e injuria. No lo hizo contra Duzán ni Samper, que fueron más ácidos en sus críticas y en sus burlas, sino contra el más corto de defensas y de recursos, el novelista, invitándolo en principio a una conciliación en la Fiscalía de Bogotá. Óscar es indudablemente un gran escritor de Colombia, y no olvidemos la frase de Solzhenitsin: “Un país que tiene un gran escritor tiene dos presidentes”. Demandarlo en un caso como éste es un insulto a la inteligencia y una apoteosis de la chabacanería. Estoy seguro que el personaje va a terminar peor que el gato bandido.

Para sentirse a paz y salvo con Dios y con el diablo, el empresario mandó reconstruir la Catedral de Cartagena y facilitar la elección del actual alcalde con el auxilio de sus recursos. Y el alcalde madrugó a bendecir su proyecto de Chambacú, del que en sus escritos Collazos, una especie de conciencia crítica de la nación como corresponde a un intelectual de sus méritos, ha planteado su inconveniencia. Aquí hay gato encerrado. ¿Será que la conciliación en la Fiscalía es para que el periodista se comprometa a no volver a mencionar al magnate ni a Chambacú? No saben con quién se meten ni sospechan que Collazos no está tan sólo como parece.

Planteo en estos términos mi defensa de Óscar, a ver si a mí también me demandan. Y convoco a los escritores y columnistas nacionales que estén más en consonancia con la conciencia ética que con la riqueza que quiere utilizar la justicia como instrumento de intimidación, a que cerremos filas en torno suyo. Lo que sí quiero es poner sobre aviso al señor fiscal, por si de pronto me pisa un carro.
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NTC ... enlaces: 
Matriz:  http://www.revistaelmetro.com/metro/confi_collazos.html Allí otros detalles y  enlaces a la colomna de Collazos y otras. 
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Tomas del video. 
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Sanitario en cuero en el avión privado. / Condecoración en el Congreso. / La isla particular de Matos. 
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En Kien y ke
 

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El fantoche

Por: JOTAMARIO ARBELÁEZ | EL TIEMPO impreso,  08 de Febrero del 2012

Jotamario Arbeláez

Convoco a los escritores y columnistas nacionales a que cerremos filas en torno a Óscar Collazos para defenderlo ante la demanda que Carlos Mattos presentó contra él por calumnia e injuria.


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OTROS ENLACES: 

Congreso condecoró al empresario vallenato Carlos Mattos Barrero
Publicado por UPARchannel,  sábado 13 de junio de 2009
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Diócesis de Valledupar condecoró al empresario Carlos Mattos Barrero
Valledupar Noticias | 2011/12/04
Fecha 04 diciembre 2011
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Decorador de Carlos Mattos sale en su defensa
http://www.elheraldo.co/tendencias/decorador-de-carlos-mattos-sale-en-su-defensa-27358
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EL ESPECTADOR .com e impreso, 12 Feb 2012 - 1:00 am , http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-326033-marcha-necocli

Alfredo Molano Bravo

Marcha en Necoclí

Por: Alfredo Molano Bravo

El Gobierno apoya la marcha por la tierra en Necoclí, que cuando aparezca esta columna ya conoceremos lo sucedido. Que puede ser mucho. El Urabá ha sido, como dice León Valencia, el corazón del despojo de tierras en el país.

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Nota: Se celebró esta semana el día del periodista, justamente cuando a Óscar Collazos, uno de los mejores y más agudos escritores del país, lo demandó por injuria y calumnia un tal señor Mattos que, según entiendo, es un riquito soberbio y desagradable que hace ridiculeces —y las dice— pero que se molesta si se las recuerdan. No hace mucho mataban periodistas y columnistas para callarlos; ahora los llevan a los tribunales para amedrentarlos. En el juicio al que me sometieron los niños Araújo porque llamé a sus parientes “notables” asistió como representante del Ministerio Público el doctor Sabino Pulgarín, un ciudadano de a pie, discreto e ilustrado, pero sobre todo justo. Ojalá Óscar cuente en su juicio, si llega a darse, con una voz tan equilibrada. Es uno de los 100 nombres que se han presentado a la elección de personero de Bogotá. Yo votaría por él a ojo cerrado.
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Antecedentes y seguimientos a este debate. NTC ... Compilaciones. Ver  
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“Una calumnia es diferente a una opinión”

ENTREVISTAEl empresario Carlos Mattos explica por qué demandó al periodista Óscar Collazos.
SEMANA: Usted demandó por injuria y calumnia al periodista Óscar Collazos. Las posibilidades de ganar esos pleitos en Colombia históricamente han sido pocas. ¿Por qué lo hizo?

CARLOS MATTOS:
 La libertad de expresión no significa que los periodistas estén por encima de la ley, ni que puedan asumir la función de los jueces. Aquí también existe una tradición de respeto por el buen nombre y la dignidad de las personas. Esa es lo que estoy invocando.
SEMANA: Pero en Colombia no es delito expresar opiniones, aunque no le gusten al afectado. 
C.M.: Una cosa es expresar una opinión y otra acusar a una persona de un delito, que es lo que hizo el señor Collazos. Eso es calumnia y una calumnia sí constituye un delito.

SEMANA: ¿Y cuál fue la calumnia que le hicieron a usted? 
C.M.: El periodista habló de un supuesto origen “oscuro” de mi fortuna. Esa no es una afirmación que yo pueda dejar pasar callado. He trabajado 30 años con mucho éxito como representante de Hyundai en Colombia, doy trabajo a más de 2.800 familias y esa insinuación me hace daño a mí y a mi familia.

SEMANA: Pero Collazos considera que el motivo de su acusación es que él criticó su financiación al alcalde de Cartagena, la cual él relaciona con sus intereses comerciales en Chambacú. 
C.M.: Esa es una interpretación que él tiene que demostrar. Yo tengo una casa en Cartagena y, como muchos empresarios que creían que Campo Elías Terán sería un buen alcalde, participé en su campaña. Inferir que apoyar a un candidato obedece a algún propósito irregular es otra cosa que tampoco puedo permitir.

SEMANA: Pero dentro de los criterios de libertad de expresión hay posibles interpretaciones de los hechos que pueden ser considerados por un juez más una opinión que una calumnia.
C.M.: Creo que los ciudadanos particulares no podemos ser tratados por los medios de comunicación con el mismo rasero que los funcionarios públicos. Yo creo que toda persona, mientras no cometa un delito, tiene derecho a que se le respete su privacidad.

SEMANA: ¿Entonces cuál es su objetivo con la demanda?
C.M.: Yo no quiero perjudicar al señor Collazos como él me ha perjudicado a mí. Lo que quiero es que él se retracte y respete mi buen nombre. Si él logra demostrar que yo incurrí en alguna actividad ilegal, que los jueces me condenen; pero de no ser así, que reconozca que se equivocó.

SEMANA: ¿Y usted ve una conciliación cercana? 
C.M.: En este momento Collazos y mi apoderado están hablando y posiblemente va a tener lugar una reunión entre ellos. Creo que ni él ni yo tenemos interés de que esto pase a mayores y que lo que estoy pidiendo es elemental y justo. Lo único que pido es que se me respete mi integridad personal, empresarial y familiar.
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Tatiana Acevedo

El aguacate

Por: Tatiana Acevedo

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El Espectador .com , 15 Feb 2012 - 11:00 pm . Impreso Feb. 16. http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-326836-el-aguacate

Rechazo tajantemente la demanda por calumnia e injuria interpuesta por Carlos Mattos contra el periodista Óscar Collazos *.

Entablando una denuncia judicial, que no tiene bases para progresar, Mattos intenta intimidar, con evidente arrogancia, a Collazos. Sin embargo, comprendo de dónde viene la rabia del empresario cesarense.
Aunque ahora se diga que Mattos está tratando de evitar futuras acusaciones de corrupción, las columnas que lo indignaron no esbozan ninguna denuncia específica, ni señalan comportamientos delictivos precisos. Por el contrario, fueron columnas de intensa burla e insinuación. En el caso de Collazos, el escrito es una reflexión en abstracto sobre “los símbolos exteriores de la riqueza y la manera como se simplifican los métodos para obtenerla”. Y en los casos de Duzán y Samper, se trató de columnas abiertamente prejuiciosas y clasistas, que refuerzan la distinción entre la plata vieja (y “de tradición”) y la plata nueva, antiestética, de los “recién venidos a más”.
De acuerdo con el argumento de Duzán, los nuevos ricos son esencialmente gente ridícula, bruta y “sin pudor”. Según este razonamiento, es reprochable que, ante las preguntas burlonas y condescendientes de una periodista española, Mattos quisiera exhibir los frutos de su “trabajo y buena suerte” —pues, como afirma Duzán, tiene tanto “mal gusto” que no puede ser inteligente—. Y es reprobable que muestre con orgullo su pinta nueva, su ascensor de madera, su comedor medieval, su cuadro de un aguacate. Elegantes son, en cambio, “los millonarios de antaño”, gente que no tuvo que leer la urbanidad de Carreño porque lleva la distinción en la sangre, gente sin pinturas de aguacates y cuyas casas, de todas formas, aparecen en Axxis.
Si bien es cierto que la judicialización de la opinión no es el camino, también lo es que la manera como Mattos fue descalificado por no poseer el capital cultural suficiente —por “igualado”, “guiso” y “nuevo rico”—, evidencia mucho de lo que está mal en este país.