domingo, 14 de marzo de 2010

Documentos. El Espectador, Marzo 14, 2010. Varios.

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Portal-blog complementario a NTC ... Nos Topamos Con ...
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
Y a los relacionados en:
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“No habrá lengua, por grande o pequeña que sea, por vigente o menguante, que no tenga un pasado sublime y milenario. En sus sílabas no viajan solamente sonidos y sentidos sino sentimientos, visiones y dioses. Por eso en nuestros sueños respiran tantos seres, y se agitan vegetaciones misteriosas, y cruzan a veces músicas de otras vidas.
El camino ha sido muy largo, y apenas comienza.
William Ospina (El Espectador, mar. 13 y 14, 2010. Texto más adelante)
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Internet y una nueva forma de pensamiento
Por: Antonio Vélez Montoya * / Especial para El Espectador
Vivir La red fue incluida en la lista de nominados para el Premio Nobel de la Paz 2010.
Superó los 1.700 millones de usuarios en todo el mundo. Internet y una nueva forma de pensamiento.
El Espectador .com Vivir 13 Mar 2010 - 9:00 pm http://www.elespectador.com/node/192785 impreso 14 Mar. Imagen: http://static2.elespectador.com/files/images/febmar2010/7a9b8973ac08dd0bb485f7591f14f372.jpg
Publica y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.­blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Marzo 13, 2010. La foto del Profesor Vélez es tomada de: http://picasaweb.google.com/ntcgra/NovelasProyectoPielYElDemonioEnLaProaLanzamientoEnMedellN#

Internet puede ser, después del invento de la escritura, la mayor revolución cultural del hombre. Se trata de un conjunto descentralizado de redes para la gestión de información, integradas en una sola red lógica de alcance mundial. Su corazón es una vasta memoria virtual de consulta inmediata y de capacidad impensable, que cada segundo crece en un volumen que supera con facilidad lo que un hombre estudioso puede llegar a conocer en toda su vida. Una memoria sin límites, sin titubeos, sin lapsus, sin fatiga, sin la erosión de los años. A diferencia de la humana, es una memoria fría, sin los sesgos emocionales que distorsionan, en permanente período de crecimiento y, en consecuencia, siempre joven.

Así como el microscopio y el telescopio, extensiones poderosas del fenotipo humano, ampliaron nuestra visión y nos revelaron facetas desconocidas del Universo, internet se ha convertido en una extensión de la memoria personal y, con ello, en una herramienta del pensamiento y la inteligencia. Un sabelotodo integrado por miles de millones de neuronas de estado sólido trabajando en paralelo e interconectadas por puentes transitados a la velocidad de la luz. Es en internet, las sagradas escrituras del siglo XXI, donde ahora encontraremos todas las verdades reveladas. Reveladas por la inteligencia humana, debe entenderse. Y multitud de falsedades, también, y de basura (ese es su problema). Información rápida, pulpita, que no demanda esfuerzo, al alcance de todos los cerebros, superficial, pero suficiente para una vida intelectual interesante. Y si más se requiere, será posible ahondar en ella hasta profundidades insondables. En principio, nada lo prohíbe.

El gran valor de la memoria de internet reside en su peculiar estructura. Las unidades de conocimiento acumuladas en ella están ligadas por infinidad de flechas que apuntan en todas las direcciones. Vasos comunicantes que la integran de una manera asombrosa. Por eso dicen que la información está en todas partes y en ninguna. Esa arquitectura especial nos permite viajar directamente de un ítem a otro de manera casi instantánea, independientemente de que su parentesco sea muy débil. Sin esa concatenación, la información de internet sería una masa informe de datos, desarticulados, farragosa y de poca utilidad.

Se sospecha que el cerebro humano opera de manera similar: al tiempo que memoriza algo, crea un amplio conjunto de líneas relacionales que conectan el recuerdo de múltiples maneras con una parte de las memorias ya establecidas. Por eso basta pensar en un objeto para que el sistema interno subconsciente se deslice por atajos inverosímiles a través de la maraña de datos hasta llegar al recuerdo correspondiente. El tiempo de ejecución es tan corto que tenemos la sensación de que el proceso es instantáneo. Por eso un conferencista puede hablar continuamente y con ilación sin esfuerzo aparente.

Somos devoradores de información, una raza emergente de humanos, dotados de una nueva manera de pensar. Sólo dedicaremos nuestro esfuerzo mental a aquellos problemas inéditos, pues lo ya pensado se consulta en un instante. La inteligencia se irá auxiliando de las experiencias de otros, de muchos, de legiones de cerebros. Y en internet encontraremos multitud de respuestas, con la pretensión, alcanzable en pocos años, de encontrar allí toda la sabiduría.

Sin poseer inteligencia de la humana, neuronal, de estado líquido, internet es capaz de simularla. En potencia, puede contener todas las soluciones conocidas en el momento. Y también, no cabe duda, dispondrá de algoritmos inteligentes para la solución de problemas nuevos. El análisis y la inferencia se cambiarán muchas veces por una búsqueda eficiente: en lugar de hacer inferencias, viajaremos en un solo paso de las premisas a la conclusión.

Pero podría fomentarse la pereza intelectual. Se teme que las máquinas que simulan el pensamiento terminarán haciendo que nosotros dejemos de pensar. ¡Falso! El pensamiento se irá desplazando a los sitios donde realmente se lo necesita. Un profesor de matemáticas experimentado no piensa los problemas, los consulta en su banco de memoria, los recuerda, como un dios omnisapiente, y así economiza pensamiento, al tiempo que maximiza la velocidad de operación. El cerebro disfrutará de más tiempo de ocio creativo.

Los métodos de enseñanza y el material enseñado tendrán que cambiar, y lo tienen que hacer de manera drástica. Ya la meta no será la erudición, pues basta consultarle a la red: la Gorgona de mil cabezas responderá por nosotros. Sabremos lo que saben todos los sabios juntos. El énfasis se hará en la comprensión de los conceptos fundamentales, nada de hojarasca. El propósito esencial de la educación será adiestrar el pensamiento, la creatividad, el ingenio, las variadas formas de inferencia, las destrezas operativas, sin preocuparnos por el olvido. Formación en lugar de información.

Internet es políglota, al alcance de todos los humanos, sin distinción de lenguas, aunque se privilegia el inglés, la lengua nativa del nuevo oráculo. Por eso es fácil predecir que el idioma universal, el tan soñado esperanto, por circunstancias fortuitas, será el inglés. Y los equipos de trabajo, multidisciplinarios y multinacionales se integrarán alrededor del idioma de Shakespeare: ese será el aglutinante que evitará perdernos en los laberintos de una torre de Babel incomunicada.

La gran red nos permite sacarle partido honesto al plagio, y cobra especial valor cuando se trata del plagio creativo, fértil generador de ideas: partir de lo conocido y no inventar lo ya inventado. Para eximirnos del riesgo de volver a inventar la rueda, comentó alguien. Con la ventaja de la inmediatez: nuestros aportes pueden darle la vuelta al mundo en sólo segundos, sin necesidad de padrinos influyentes, ni de mecenas, y sin necesidad de contar con la fama que dispara y propaga. Es en realidad una democracia de la producción intelectual. Nuestros humildes aportes pueden salir a la luz pública sin discriminaciones, sin dilaciones, sin complejos de inferioridad.

En particular, la escritura se ha visto potenciada, en conjunción, claro está, con su hermano siamés, el computador personal. La forma de elaborar un escrito está cambiando y seguirá haciéndolo. El ensayista consulta, selecciona, “corta y pega”, y luego modifica, aporta nuevas ideas, inventa sobre el substrato formado, luego sazona con el estilo propio. Pero, ojo, hay un peligro, el plagio desvergonzado: cortar, pegar y firmar. Sin embargo, internet, a la vez que propicia la enfermedad ofrece la medicina: existen poderosos algoritmos de búsqueda que revelan en segundos los fraudes.

Gracias a internet, disponemos ahora de un tutor infalible de gramática, ortografía y estilo, amén de diccionarios con el uso correcto de palabras y expresiones, de sinónimos y antónimos, de diccionarios en todos los idiomas, de referencias bibliográficas, y de citas, anécdotas, ilustraciones… Todo a la distancia de un clic. Seremos más versátiles, más universales, más sabios. Aunque se trate de sabiduría prestada. Pero si bien se mira, toda la sabiduría es prestada.

Podremos aprender sin profesores, pues internet se ha convertido en el gran maestro, sabio y actualizado. Un maestro sin aula, infatigable, siempre disponible. Con ventajas: podemos aprovechar las imágenes estáticas, las dinámicas de la cinematografía y la animación para aprender mirando. Ya sabemos que una imagen vale más que un mundo de palabras. De allí que la imaginación se esté magnificando de un modo antes desconocido, y con ello comienza a abrirse una compuerta mágica que nos llevará a un universo insospechado de ideas novedosas. La creatividad ha resultado hipertrofiada. Los resultados comienzan a ser asustadores.

Con internet adquirimos el don de la ubicuidad: estamos en todas partes, como las divinidades. En frente de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza, al lado de los animales más extraños, en las profundidades marinas, en la selva inhóspita, en la Luna y en Marte, en los laboratorios, en los museos… Podemos presenciar en tiempo real lo que se hace en cada pequeña parcela del mundo, sin salir a la calle. Y las redes inalámbricas permiten que nos conectemos con el conocimiento desde nuestro escritorio, desde el bar, desde la cama, desde el avión…

La gran red ha empequeñecido el mundo. El investigador ahora puede trabar amistad con los colegas, formar grupos de discusión, argumentar, ampliar los conocimientos, lanzar ideas propias. En fin, pueden integrarse equipos virtuales de trabajo multidisciplinarios, sin importar las distancias físicas, a veces residenciados en países antípodas, sin importar el reloj ni el calendario, porque internet no tiene horarios de trabajo ni festivos. Podemos ver al interlocutor, sentir su presencia, asomarnos a su trabajo. Podemos entrar al blog de personajes importantes y aprender de ellos. Y el correo electrónico permite visitar al colega sin importunarlo cuando está ocupado, pero sin odiosas antesalas. La inteligencia se amplía por suma y complemento.

Internet crea preguntas inquietantes. Al crecer sin límites su complejidad, se pueden presentar fenómenos emergentes, imposibles de predecir. ¿Qué sorpresa nos deparará internet, red de redes? ¿Aparecerá, acaso, una nueva forma de inteligencia, sobrehumana? Y, ¿qué podremos decir de la conciencia en la máquina?
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* Antonio Vélez Montoya: Ingeniero Electricista de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín) y máster en matemáticas de la Universidad de Illinois (Estados Unidos). Ex profesor de la Universidad del Valle (1959-1963). Es autor de los siguientes libros: ‘Álgebra moderna’ (Universidad de Antioquia, Medellín, 1989), ‘El hombre, herencia y conducta’ (Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 1990, segunda edición), ‘Del big bang al Homo sapiens’ (Villegas Ed).
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NoTiCas de NTC …

Antonio Vélez y Jairo Álvarez, amigos, dos ingenieros y matemáticos, ambos exprofesores de la Universidad del Valle. En Medellín Sept. 26, 2008*. Fotografía María Isabel Casas de NTC ... . Todas las fotos: http://picasaweb.google.com/ntcgra/NovelasProyectoPielYElDemonioEnLaProaLanzamientoEnMedellN#

* Antonio Velez en: http://www.youtube.com/watch?v=7SLiohZTxys FIESTA DEL LIBRO Y LA CULTURA. Medellín. Sept. 26 Octubre 5, 2008, Jardín Botánico. Salón Humboldt. Viernes, 03 de octubre de 2008 , 19:00 PM "Proyecto piel", de Julio Cesar Londoño, http://jucelon-ntc.blogspot.com/ ... Presentación de la novela El demonio en la proa de Edgar Collazos* (Hombre Nuevo editores, 2008) Presenta: El poeta Juan Manuel Roca y el autor lee un fragmento. Moderación general: Lucía Donadío Presentan y comentan : Antonio Vélez y el autor. Fotos del evento : http://picasaweb.google.com/ntcgra/NovelasProyectoPielYElDemonioEnLaProaLanzamientoEnMedellN#
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http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=255
Foto de Vélez y Álvarez, fragmento de: http://picasaweb.google.com/ntcgra/GABRIELRUIZARBELAEZAmigosYLiteratura#5448123023267032210
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“Vallejo está en la cumbre literaria”
Cultura Investigador belga Jacques Joset le explicó a El Espectador la dimensión que está tomando la obra del polémico escritor antioqueño.
Desde este lunes es noticia en librerías por partida doble
Por: Nelson Fredy Padilla
EL ESPECTADOR .com, Cultura 13 Mar 2010 - 9:00 pm http://www.elespectador.com/impreso/cultura/articuloimpreso192770-vallejo-esta-cumbre-literaria Impreso 14 mar.
Foto: http://static2.elespectador.com/files/images/febmar2010/8e7424c17890b00f9c2d9db5d16eaa2b.jpg El crítico belga Jacques Joset en medio de Fernando Vallejo (derecha) y su compañero, el coreógrafo David Antón, en la casa de estos últimos en Ciudad de México.
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Publica y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Marzo 13, 2010
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Como a la mayoría de lectores europeos, Fernando Vallejo agarró por el cuello al catedrático emérito de la Universidad de Lieja y reconocido crítico literario, Jacques Joset, con su novela prima La Virgen de los sicarios (1994). Hasta ese momento el belga era un filólogo hispanista experto en el Nobel colombiano, editor de Cien años de soledad (1987) y autor de Gabriel García Márquez, coetáneo de la eternidad. Sin embargo, el descubrimiento de la blasfemia dialéctica de boca y puño de una especie de Cioran tropical en Medellín lo obligó a cambiar el rumbo de sus investigaciones, a pasar del realismo mágico del costeño al realismo violento del paisa.

El resultado de su vertiginoso viaje a través de las diez novelas que ha escrito Vallejo, la más reciente El don de la vida, es un ensayo de 211 páginas titulado La muerte y la gramática. Las dos obras salen desde mañana al mercado, la primera bajo el sello editorial Alfaguara y la segunda con el de Taurus.

Joset logra identificar los principales derroteros creativos de Vallejo. Explora a fondo la influencia del poeta Louis-Ferdinand Céline desde la adolescencia, en especial de la obra Viaje al fin de la noche, así como las coincidencias de pensamiento del colombiano y el francés incluso hasta la creación final de este último, Rigodon, dedicada a los animales. Los dos rechazan los dogmas ideológicos contemporáneos y asumen una postura antihumanista que los hace capaces de despreciar hasta a su propia madre. Los dos también confluyen en el tema de la muerte, columna vertebral de sus libros.

Es un ejercicio riguroso de literatura comparada que lleva a Joset a confrontar a Vallejo en su casa en México y a través del correo electrónico para sentar las bases de una crítica profunda que ubica al polémico escritor en la cima de la literatura, por la fuerza de sus diatribas, por el impacto que han tenido en América y Europa. Esto a pesar de que en su caso es inútil aspirar a verdades absolutas porque en él todo es contradictorio.

Joset también evidencia que llegó el momento de dejar de entrevistar a Vallejo en busca de titulares de periódico, lo que ha llevado a la opinión pública a valorarlo más por su cantaleta que por su prosa, para meterse de lleno en la trascendencia de su literatura.

“¿Ese pederasta amargado un clásico?”, me dijo enervada esta semana una crítica suya que no lo soporta pero tampoco lo ha leído con juicio. Pues según le dijo Joset a El Espectador, sí. El efecto Vallejo crece a nivel internacional como una bola de nieve. Lo confirma desde Nueva York su agente Tom Colchie, cabeza de la prestigiosa agencia que ha autorizado traducciones a 15 lenguas en los últimos dos años. Sus novelas más traducidas son La virgen de los sicarios, también llevada al cine por el alemán Barbet Schroeder (2000) y El desbarrancadero, cuyas ediciones en polaco y checo acaban de llegar a la casa de Vallejo en Medellín.

El belga se identifica con las palabras de Alberto Quiroga, autor de reseñas de la narrativa de Vallejo: “La frase corta, impulsiva, llena de interjecciones, de gritos, de exclamaciones, de cambios intempestivos de humor… el vértigo en unos claroscuros tenebrosos, densos, turbulentos, despiadados, crueles, criminales”. Otra parte del ensayo de Joset está dedicada a las “autoficciones” de Vallejo a través de “un yo narrador que se autoriza todas las libertades, hasta las de ‘mentir’ sobre sí mismo”, a ojos de Quiroga “un yo pendenciero, absoluto, castigador, que no da tregua y fustiga a diestra y siniestra como un dios rabioso y vengativo”.

¿Por qué Vallejo manda al diablo la omnisciencia de los autores de tercera persona, desde Dostoievsky hasta García Márquez? ¿Por qué ha desmitificado a Darwin con su Tautología (1998) y a Newton con el Manualito de imposturología física (2005)? ¿Por qué apenas reconoce influencias de Cervantes, “el más grande escritor”, y Mujica Láinez, “el más grande prosista”? ¿Por qué le da estatus a la grosería, al “hideputa cervantino” y al “hijueputa colombiano”? Según Vallejo, en El Quijote descubrió la fuente de “una sarta de palabrotas” para echarle a alguien “un baldado de vulgaridad”, aunque allí no encontró “el horror de la vida” que le dio esa mala madre llamada Colombia. Las respuestas están en el texto de Joset, que descalifica el facilismo de quienes ubican a Vallejo como “escritor maldito”.

Respalda sus denuncias abiertas contra las perversiones de la democracia y la demografía desbocada pero enseguida lo critica porque “no me parecen aceptables su misoginia ni su desdén por la ‘chusma’”. Deja en claro, para quienes se atreven a dudarlo, que Vallejo no es un escritor del montón sino un insigne gramático normativo, graduado desde que publicó Logoi en 1983; un ideólogo marginal al que ubica, inspirado en el arte y el perfil del pintor inglés Bacon, en el “fascinante cruce de caminos entre la poesía y el horror, la violencia y el sexo”. Se puede decir que Joset establece la “unidad subterránea” de la novela vallejiana y explora el ritmo de sus letanías, de su “burla suprema”, hasta asimilarlas a la música, considerada por el autor colombiano como el arte supremo. Y deja entre líneas una advertencia: que a Colombia no le pase lo que a Francia con Céline, que lo marginó y satanizó, y después de muerto desenterró su obra tras reconocer que decía verdades que una nación debe oír.
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El Espectador. ¿Fernando Vallejo ya ocupa un lugar en la literatura universal?
Jacques Joset. Si consideramos que desde el modernismo, las literaturas de Hispanoamérica desempeñan un papel cada vez más protagónico en el discutible concepto de literatura universal, parece obvio afirmar que Fernando Vallejo ocupa una de sus cumbres actuales.

Usted que ha estudiado a fondo a García Márquez y a Vallejo, ¿qué paralelo puede hacer entre mundos reales ficcionales como Macondo y ‘El desbarrancadero’?
A García Márquez y menos a Vallejo le haría gracia la pregunta. Lo único sensato que se podría contestar es que cuando Gabo inventa Macondo, Vallejo recrea Medellín. El del antioqueño no es para nada un realismo mágico; es un realismo, si tiene la palabrota algún sentido en crítica literaria, que se precipita hacia la nada.

¿La obra de Vallejo tiene la suficiente fuerza y trascendencia para aspirar a un Nobel de Literatura?
No se trata ni de fuerza ni de eficiencia. Se trata de la aceptación posible del Nobel de Literatura por Vallejo. Sé que no rechaza por principio premios y honores —recogió el Rómulo Gallegos de 2003 y el Doctorado Honoris Causa que le otorgó la Universidad Nacional el año pasado—, pero no sé si soportaría inscribirse en una lista donde figura ya García Márquez. Por otra parte son muchos los escritores con o sin méritos que están en la carrera del Nobel y que aspiran a integrar la nómina. Pienso que Vallejo no participa en la competición. Y para terminar: ¿cree que los miembros del jurado están dispuestos a escuchar el discurso políticamente incorrecto que no dejaría de soltar Vallejo en la ceremonia de recepción?

¿Cuánto tiempo completa siguiéndo a Vallejo y cómo estudiarlo sin que la metodología de investigación se vuelva caótica como su obra?
Hice mis pinitos con un articulillo sobre La Rambla paralela en 2005 y desde hace cinco años le sigo la pista al escritor con los recursos de una formación de hispanista y de filólogo romanista. El rigor de un aprendizaje que no venía aún pervertido por los estudios culturales acota la pasión y el caos cronológico de mis lecturas.

¿El discurso blasfemo de Vallejo sorprende a autores o intelectuales europeos?
Desde un principio un intelectual que sea europeo, africano o latinoamericano no tiene que dejarse sorprender por un discurso literario. Es más, lo espera consciente o inconscientemente. Si un texto, siquiera de Vallejo, lo sorprende, no es un intelectual. Al lector del montón, el de Carlos Zafón o de Dan Brown, por ejemplo, claro que lo perturba el discurso de Vallejo.

¿Cómo compara el impacto de Vallejo en Europa y en América?
No puede ser el mismo. La recepción de un texto literario viene determinada por las condiciones concretas, espaciales y temporales, de lectura. Eso vale para Vallejo como para García Márquez y para todos los escritores habidos y por haber. Por otra parte es evidente que dicho impacto es mucho más fuerte en España que en Francia (donde no es nada inocuo) o en Alemania.

¿Y entre el público anglosajón?
No lo sé. Soy romanista y ni siquiera conozco las traducciones de Vallejo al inglés.

¿Al nivel de quiénes en la literatura universal pondría hoy a Fernando Vallejo?
El mismo concepto de literatura universal, un tanto esencialista, me parece discutible. Más vale hablar de literatura comparada que remite a redes textuales interactivas. Pero a uno por más “aficionado a leer aunque sean los papeles rotos de las calles” (Don Quijote, I, 9), se le escapará siempre un “papel” importante. Es muy posible por ejemplo que desconozca la existencia de un Fernando chino.

¿Cómo asimilar y catalogar en Vallejo ese juego entre el dominio pleno de la gramática española y, a la vez, validar a nivel literario lo vulgar?
En verdad no hay contradicción entre lo uno y lo otro como si no se pudiera increpar a Dios en una lengua correcta. En eso Vallejo no es nada original: el “Comte de Lautréamont” por ejemplo lo había hecho genialmente en 1868-1869 al publicar Les chants de Maldoror. Con un reparo: nunca Vallejo ni Lautréamont son vulgares.

¿La forma en que aborda en sus obras lo sexual, llegando según sus críticos, a promover la pederastia, afecta la universalización de su obra?
Todo lo contrario. Se sabe, por lo menos desde Freud, que lo sexual es un motor esencial de la vida, y no sólo de la humana. Los que le atribuyen una promoción de la pederastia son o bien lectores apresurados de su obra o bien inocentes que caen en la trampa de la provocación de unas entrevistas suyas.

‘El don de la vida’ es una perorata magistral de Vallejo con la muerte, pero ¿qué opina de la carga sexual desde la primera línea?
Quedarse en lo sexual para definir esa obra me parece a la vez una exageración y una reducción del alcance ideológico de la obra. Los que van más allá de la primera frase (“—¿Quién tiene la verga más grande en este bar de maricas?”) descubrirán que el verdadero tema del libro es como en todos los demás la muerte.

¿Cree como crítico que a Vallejo, por la fuerza de su punto de vista narrativo y su gran yo, se le puede atribuir la invención de la “autohagiografía”?
Lo de “autohagiografía” es una tomadura de pelo más de Fernando Vallejo. El género al que se atiene es la autoficción en sus más variadas modalidades. Lo que ocurre es que Vallejo le da un sesgo original y propio al género, que tampoco inventó. Existe desde antes de que el crítico francés Serge Doubrowski le dio la fe de bautismo o sea la etiqueta en 1977.

¿Por qué se quedó con el título ‘La muerte y la gramática’?
Era el que mejor correspondía al contenido: la muerte es la gran obsesión de Vallejo desde su primera autoficción.

¿Cree que Vallejo sí es un potencial suicida o es una pose que utiliza a conveniencia?
Se ha dicho lo mismo de muchos otros escritores cuya filosofía no respira el optimismo, que digamos. Estoy pensando en Cioran o en el Sartre de La náusea. Se murieron en su cama.

¿Qué aprendió que no sabía de literatura leyendo a Vallejo?
Ya que tengo un año menos que Vallejo y que, como Mallarmé, “j’ai lu tous les livres” (‘he leído todos los libros’), tuve la gran alegría de descubrir que un texto literario aún podía conmoverme.
Nelson Fredy Padilla EL ESPECTADOR

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El viaje interminable de las palabras
William Ospina
EL ESPAÑOL ES LA CUARTA LENGUA más hablada del mundo, después del mandarín, del inglés y del hindi, pero es la segunda lengua más difundida.
http://www.elespectador.com/columna192807-el-viaje-interminable-de-palabras


Esto quiere decir que la mayor, el mandarín, se habla fundamentalmente en la China, y la tercera, el hindi, sólo en el norte de la India, mientras que el inglés y el español cubren vastas y muy diversas regiones del mundo. Casi quinientos millones de personas hablan hoy español; muchas más de las que alguna vez hablaron latín, la lengua imperial que cubrió a Europa hasta el siglo VIII, y que se habló desde las costas británicas hasta las arenas de África, desde Portugal hasta la Capadocia.

De ese latín regado alrededor del mar Mediterráneo, llevado en las puntas de las lenguas y de las espadas por un imperio de guerreros y de retóricos; de esa alta lengua de civilización que educó y que sedujo, que dominó y embrujó, que convenció y juzgó a la humanidad europea durante quince siglos, surgieron las lenguas romances, una de las cuales es el español.

Todas utilizan el alfabeto latino, desarrollado por los etruscos hace 26 siglos a partir de las letras griegas, que en aquellos tiempos llenaban el mundo conocido. Así que detrás de cada letra y de cada sonido latino hay una sombra griega; detrás de las músicas de muchas lenguas modernas de Occidente están las músicas de Virgilio y de Cicerón, y antes de ellas las músicas de Píndaro y Teócrito, de Homero y Hesíodo.

Pero esas letras griegas nacieron a su vez hace treinta siglos del fenicio, llegaron a Occidente en barcas con velas rayadas de azul y de rojo, traídas por los grandes mercaderes de su tiempo. Habían sido creadas para el comercio y para el regateo, pero la historia las puso en labios de poetas y de filósofos, tejió con ellas los diálogos de Platón y los relatos de la guerra de Troya, y así vivieron la aventura de pasar de los labios inspirados de Zeus y de los labios embriagados de Dionisos a los labios arrebatados de Jesús y de sus amigos.

Esos sonidos, que le dieron su forma a los primeros sueños de Occidente, ¿de dónde venían a su vez? Esos sueños ¿eran originales, o también derivaban de otros? Todas las nociones, los mitos, las leyendas, las supersticiones, los conjuros y las sentencias que ya parecen declinar en nuestros labios, ¿nacieron en aquellas auroras de Galilea y Mitilene, de Tebas y Estagira, de Elea y de Patmos, o venían de más lejos, de aquellas regiones del Indo donde después se detuvo la cabalgata triunfal de Alejandro Magno, de esas orillas del Ganges de donde vino el carro de Baco, no arrastrado por corceles persas o árabes sino por leopardos manchados?

Pero sería un error pensar que este español de los castillos, que ahora hablamos, procede exclusivamente de ese linaje que lleva en línea recta hacia la India. Entre 1037 y 1492 el español creció bajo el rumor de la algarabía, de la lengua de los moros que ocuparon la península ibérica, de modo que, si bien ese pueblo no nos dejó sus arabescos, sí nos llenó la vida con el sonido de las cuatro mil palabras árabes que fueron incorporadas a la lengua por los castellanos. Y como las palabras son mucho más que signos, con nosotros quedaron el ajedrez y los jinetes, los tambores y el azúcar, la berenjena y el omnipresente azul de mares y cielos. Hay quien dice que hasta la respetuosa palabra “usted” viene del árabe ustadh, que significa amo. El árabe a su vez es una lengua semítica, emparentada con el púnico que se hablaba en Cartago en tiempos de las discordias con Roma, y también con el hebreo, y seguramente con el asirio y con el persa.

Más de mil años tiene el castellano, casi la misma edad del inglés, que no sólo procede del sajón y el frisón, sino que creció alimentándose de palabras latinas gracias a sus intensos y conflictivos contactos con el francés de los invasores normandos. Pero si se siguen los rastros hasta los confines de Oriente, encontramos el sánscrito, una lengua que a pesar de su antigüedad, de haber concebido hace milenios epopeyas como el Mahabharata y el Ramayana, no sólo se resiste a morir sino que resuena todavía en los rituales del Ganges con toda la fuerza de una lengua sagrada.

Y otros cauces habría que remontar para abarcar el espectro de lo que hoy es esta lengua que hablamos en América. A partir del siglo XVI también la habitan el náhuatl y el maya, la lengua chibcha y la quechua, el guaraní y el aimara, el navajo y el Dakota, el wayúu y el embera, el wichí lhamtés y el guahibo, el romá que trajeron los gitanos y el yoruba que trajeron los esclavos desde las costas doradas de Ghana y de Togo.

No habrá lengua, por grande o pequeña que sea, por vigente o menguante, que no tenga un pasado sublime y milenario. En sus sílabas no viajan solamente sonidos y sentidos sino sentimientos, visiones y dioses. Por eso en nuestros sueños respiran tantos seres, y se agitan vegetaciones misteriosas, y cruzan a veces músicas de otras vidas. El camino ha sido muy largo, y apenas comienza.
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 14 , 2010, 6:45 AM
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