sábado, 26 de junio de 2010

José Saramago. 16 Nov. 1922 - 18 Jun. 2010. Textos sobre él.

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Estatua del escritor José Saramago en su aldea natal de Azinhaga, Portugal, Junio 18, 2010. FOTO: EFE http://www.lostiempos.com/multimedia-galeria-detalle.php?id_galeria=233&base=2010#2
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Saramago y Monsiváis
Óscar Collazos

eltiempo.com / opinión / columnistas Junio 24, 2010-06-24
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscarcollazos/saramago-y-monsivais_7769885-1

En una foto de marzo de 1998, tomada en San Cristóbal de las Casas y reproducida la semana pasada en La Jornada de México, aparecen José Saramago y Carlos Monsiváis. En otra de las fotos de esos días, aparece Saramago sentado al lado de dos miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, con rostros cubiertos por pasamontañas.

No los unía solamente el hecho de ser escritores, sino el gesto de recordarnos que el 22 de diciembre de 1997, en Acteal, estado de Chiapas, fuerzas paramilitares habían masacrado a 45 indígenas tzotziles. Saramago conoció con este hecho espantoso el tamaño de la tragedia: 16 niños y adolescentes; 20 mujeres y 9 hombres adultos; 7 de ellas, embarazadas. Ese era el saldo dejado por la que parecía ser una muestra de terrorismo de Estado, presentada por la propaganda oficialista como consecuencia criminal de un supuesto conflicto étnico.

Acteal fue desde entonces, en palabras de José Saramago, "el lugar de la memoria que no puede, de ninguna manera, desaparecer; sabemos lo que ocurrió y no lo queremos olvidar". Y no debió pensar otra cosa Monsiváis, el mexicano de la foto de 1998. Pertenecía a una generación de escritores e intelectuales que había vivido entre la cólera y la impotencia la matanza de la plaza de Las Tres Culturas, el 2 de octubre de 1968, magistralmente recreada en 1971 por su amiga Elena Poniatowska, la mujer que en las fotos de estos días aparece acompañando el féretro de Monsiváis.

Evoco esta circunstancia por un hecho azaroso: Saramago y Carlos Monsiváis murieron con una diferencia de dos días. El uno, en Ciudad de México, el otro, en su casa de Lanzarote (Islas Canarias). No los unía la literatura que escribieron. Monsiváis nunca escribió una novela. Los unía la manera como uno y otro vivían la dimensión ética y política del intelectual, una invención de finales del siglo XIX que no ha hecho naufragar todavía el cinismo neoconservador del siglo XXI.

Saramago hizo la proeza grande de llevar sus ideas a ficciones construidas como alegorías, pero sus ideas nunca fueron un estorbo en el momento de describir complejas conductas humanas. Es un Borges que pasea por la colonia penitenciaria de Kafka. Por eso sus libros nunca terminan al leer las últimas páginas. Continúan con las preguntas y dudas que suscitan en los lectores, y con el desconcierto que sentimos ante sus situaciones insólitas.

Un Jesucristo perturbadoramente humano; la Península Ibérica que se escinde de Europa y navega sin destino convertida en una inmensa balsa de piedra; la inexplicable epidemia de ceguera blanca y la ferocidad con que el poder la reduce a peligro colectivo; las trampas de la democracia y el terrorismo policial que se disfraza de recurso democrático, en fin...

Cada una de las novelas del portugués devuelve la literatura a la gran función clásica de interrogar al mundo y ofrecernos las más incómodas respuestas. Cada uno de los gestos públicos y causas sociales de este escritor de tardía celebridad tuvieron mucho que ver con el significado de esa fotografía, tomada al lado de uno de los escritores mexicanos más agudos, implacables, inclasificables y divertidos de nuestro idioma.

Monsiváis fue el gran cronista del México contemporáneo. Vivió deslumbrado con las culturas populares, que muchos "intelectuales" desdeñaban. Hizo del periodismo un género superior de la literatura, sin prescindir nunca del humor ni de una erudición que acumulaba en la "alta" y "baja" cultura. Desde la década de los 60, 'Monsi' tuvo la mirada del aguafiestas en medio de los fastos del poder. Y este fue otro de los rasgos simbólicos que hizo posible la foto de San Cristóbal de las Casas.
salypicante@gmail.com
Nota de eltiempo.com: Los comentarios han sido deshabilitados de esta columna por solicitud del autor. Óscar Collazos
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Morirse vivo
Juan Esteban Constaín

eltiempo.com / opinión / columnistas Junio 24, 2010-06-24
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/juanestebanconstan/morirse-vivo_7769891-1

Vi a José Saramago sólo una vez en mi vida. En un aeropuerto, por casualidad. Ambos íbamos perdidos (me dio la impresión, por lo menos en mi caso) y nos cruzamos al frente de un baño. Yo le grité maestro, y habla muy bien de él que no se volteara a responderme ni a mirarme; como si de veras creyera que ese nombre no era suyo, ¡el autor de La historia del cerco de Lisboa! Entonces le grité maestro Saramago, y ahí sí me vio con su cara de pescador y me alzó la mano, muy dulce, muy frágil. Es una de esas situaciones en que uno se queda con un sabor amargo, pensando que habría podido decir o hacer muchas más cosas. Darle un beso al viejo, abrazarlo, qué sé yo.

Bueno, sí lo sé: yo seguí de largo paladeando mi nostalgia y mi arrepentimiento y mis estúpidos pudores, hasta que me devolví. Me importó un bledo lo que nadie (literalmente) pensara de mí en ese sitio, y fui corriendo adonde el maestro porque la cosa no se podía quedar así. Le pregunté si usted es Saramago, ¿no?, y él apenas sonrió: sus manos de pescador no eran sólo frágiles, eran también cálidas. Entonces no se me ocurrió nada mejor que pedirle un autógrafo, maestro, pero en el libro que yo llevaba conmigo porque suyos no tenía y si me iba por uno lo iba a perder para siempre. Volvió a sonreír, y me advirtió: si es de un autor que me guste, se lo firmo; si no, búsquelo usted.

Tengo ese libro aquí al lado mío, y ya no es sólo un libro: ahora es también un tesoro; dos tesoros. La primera edición (Renacimiento, Madrid, 1913) de Camino de perfección, una de las mejores novelas de Pío Baroja. Las tapas de cuero y el papel amarillo. Y en la portada, casi sobre el pie de imprenta y el grabado de un monarca en su trono, hay una firma y una leyenda: "José Saramago, gracias don Pío". Las escribió el maestro con sus manos pequeñas, y antes de irse se volteó para decirme, aún sonriente: "No sé por qué a los herejes nos ponen siempre nombres de santos o de bobos".

Ahora he vuelto a ver a Saramago en los periódicos, durmiendo en su ataúd, rodeado por sus libros. Como lo dijo 'Fercho' Quiroz aquí mismo hace unos días, según el poema inolvidable de Borges: en el paraíso que debe ser una biblioteca; aunque el infierno también, digo yo: el primero una biblioteca llena de libros hermosos e inquietantes -Las flores del mal, El otoño de la Edad Media- y el segundo una poblada por la edición sintética, en 234 tomos, de las obras completas de Lenin y las memorias de Carlos Lleras Restrepo, un poco menos sintéticas.

Así que volví a ver a Saramago, y me conmovió su imagen en el paraíso. Y por eso recuerdo el episodio ese del libro mío de don Pío Baroja, porque también recuerdo que antes de firmármelo, el maestro lo olió, con gratitud. Como quien se encuentra con un viejo amigo. Y con su muerte he vuelto a pensar lo que siempre pienso en casos así, en muertes así: que con él está desapareciendo no sólo un individuo, sino toda una civilización. Una civilización tejida durante siglos, para la que el conocimiento y la cultura eran sobre todo un antídoto (aun después de la muerte) contra la soledad y la tristeza, contra la estupidez que persigue al hombre y siempre lo atrapa. Una civilización en que la gente tenía alma, no plan de datos y un celular.

Acaba de decir la Iglesia católica, mi iglesia, no sé qué sandez: que Saramago era comunista, y ateo, e insolente. Sí: como suele serlo la gente decente. Pero también era un hombre bueno, que es el mejor signo de Dios sobre la tierra. Y si uno la sabe leer, su obra magistral no es un manifiesto sino un grito, contra la deshumanización del hombre. Contra la indolencia y la ceguera. Contra lo que de verdad debería ofender a Cristo. Saramago no era marxista: sólo estaba enamorado de su esposa.
Gracias, don José. Y cuando se encuentre con Baroja en el cielo, dele también un abrazo de mi parte.
catuloelperro@hotmail.com
Nota de eltiempo.com: Los comentarios han sido deshabilitados de esta columna por solicitud del autor. Juan Esteban Constaín
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La lucidez de Saramago
Jorge Orlando Melo

eltiempo.com / opinión / columnistas
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/jorgeorlandomelo/la-lucidez-de-saramago_7769898-1

En el 2004, el novelista José Saramago vino a Bogotá y discutió ante una audiencia entusiasta la novela que acababa de publicar: Ensayo sobre la lucidez. Esta obra es una parábola política, que describe un país dominado por un aparato más o menos omnipotente, en la que los medios de comunicación, los políticos y los grandes poderes económicos logran manipular a la población para que vote y mantenga vivas las apariencias de una democracia que no puede expresar los intereses reales de la gente. De pronto, sin planeación previa, sin que nadie lo proponga, sin partidos ni movimientos políticos que organicen un gesto de rebelión, sin organización, sin ponerse de acuerdo, el 83 por ciento de los electores vota en blanco.

Este voto desencadena la acción de la novela: el temor del establecimiento, que se siente desconcertado y amenazado y comienza a mover todas sus fuerzas para recuperar el control de la situación, las aventuras de una mujer a la que intentan culpar por la repentina irresponsabilidad popular, la toma de conciencia de un comisario de la policía que comienza haciendo la guerra sucia a los que parecen culpables del voto en blanco y termina sumándose a los que quieren cambiarlo todo.

La novela es bastante simple en su estructura, y por eso es sorprendente que pueda leerse con tanto gusto: probablemente responde al sueño de muchos lectores de que es posible lograr, sin someterse a las fatigas rutinarias de la organización política, una acción colectiva inesperada y vigorosa, en la que los ciudadanos, misteriosamente de acuerdo, rechacen, digan no a lo que perciben como una sociedad y una política que no funcionan.
En sus conversaciones de Bogotá (la revista Número publicó una transcripción de la discusión), Saramago describió el gesto del voto en blanco, el rechazo radical, esa insólita epidemia de lucidez, más como un gesto de consciencia moral que política. Y reiteró su escepticismo acerca de las posibilidades de transformar la democracia, que veía como el sistema político menos malo, pero que era en todo caso una democracia secuestrada y amputada, que permite escoger en un ámbito limitado pero no pone en cuestión los poderes reales, los asuntos de fondo.

Esta idea se basaba en su convicción de que el poder económico es el que controla el mundo de la política y el mundo de las comunicaciones, y se manifestaba en su percepción de los nuevos medios de comunicación. Aunque en los dos últimos años de su vida este defensor de la lectura y del libro escribió un cuaderno de notas "en la página infinita de Internet", no creía que la posibilidad de publicar y divulgar unos mensajes que se salen del control de los grandes medios, de crear formas fugaces de rechazo o solidaridad, abriera el camino a oportunidades realmente nuevas para la democracia.

En el fondo, su mayor inquietud venía de la convicción de estar viviendo en un mundo en el que el pensamiento ya no importa mucho, ya no tiene mucha fuerza, en el que, como dijo, "ya no hay ideas que hagan levantar a las personas de su resignación, pues todos nos hemos resignado a una especie de fatalidad que no acepta cambios".

El sueño de cambiar las cosas y la comprobación de que hacerlo no es fácil producen casi siempre el desaliento, o la invocación paciente de la utopía: algún día las cosas cambiarán. Saramago parece haber respondido al desencanto con cierta rabia lúcida: "Hoy, cuando pasamos al lado de un cementerio de Bogotá, hablamos con mi mujer del epitafio que yo iba a escribir en la lápida, suponiendo que los restos se quedaran allí, y entonces yo dije que pondría: 'Indignado'. Y realmente yo creo que indignado por dos motivos: uno personal y otro egoísta. Indignado por estar muerto, no hay derecho realmente, pero sobre todo indignado por haber pasado por la vida y no haber podido cambiarla. Esto es terrible".
http://www.jorgeorlandomelo.com/
Jorge Orlando Melo
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Ateo, gracias a Dios
Medardo Arias S.
EL PAÍS, Cali, Junio 24, 2010.
http://www.elpais.com.co/paisonline/opinion/columnas/medardo-arias-satizabal/ateo-gracias-dios

Pocos escritores de hoy pueden hacer lo que hacía Saramago: confundir el mundo antiguo con el moderno a través de un discurso hilado en el telar de la criba filosófica y literaria. El Nobel portugués era una de las voces más autorizadas cuando se trataba del discurso literario. Saramago, no obstante, decidió poner su pluma sobre el fuego de los conceptos políticos y religiosos, tarea en la cual no siempre salió bien librado.

Política y literatura no han sido, tradicionalmente, un matrimonio bien avenido, aunque esta idea prosperó en tiempos pretéritos cuando los gramáticos gobernaron buena parte de América Latina. Por el poder de la palabra impresa, la difusión de un nombre, muchos llegaron a creer que un poeta, un novelista magistral, podía ser también un buen gobernante. El escritor venezolano Rómulo Gallegos, autor de ‘Doña Bárbara’ y ‘La Trepadora’, entre otras novelas fundacionales del naturalismo y el costumbrismo suramericano, llegó a gobernar Venezuela, y a juzgar por el honor que hoy se le rinde, parece que lo hizo bien. Ho Chi Ming era poeta y también lo fueron Leopold Senghor y Mao Tsé Tung; entre los literatos que accedieron a la política y por ésta a cargos de gobierno, podríamos mencionar a Pablo Neruda -fue cónsul en Rangoon, Birmania- Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal, dirigentes de la Nicaragua Sandinista, y el escritor francés, Andrè Malraux, fundamental en las decisiones de Charles De Gaulle para la independencia de las colonias francesas en África, experiencia de la cual quedó su diciente libro ‘Huéspedes de paso’. El también autor de ‘La tête d'Obsidienne’ era más escuchado por De Gaulle que los propios políticos de carrera.

Mario Vargas Llosa se salvó de ser presidente del Perú y García Márquez de ser embajador de Colombia en México. Al primero, Fujimori lo derrotó, y el segundo no aceptó, cuando ya su fama volaba por el mundo como una mariposa amarilla.

Son famosas las ‘boutades’ del poeta Jorge Luis Borges acerca de la política mundial. Borges aceptó cenar con Pinochet. Todo se le perdonaba, por ser esencialmente un poeta, no un político.

El teólogo Claudio Toscani acaba de zamarrear a Saramago, cuando todavía su cadáver estaba caliente, con una nota que levanta ampolla por el mundo, desde las páginas L'Osservatore Romano. Todo porque el escritor portugués hizo muchas preguntas acerca de Dios y culminó clasificado en la casilla de los ‘ateos’, cuando en verdad, si leemos bien su obra, nos damos cuenta que era un creyente, profundamente religioso, a su manera.

Quizá pocos entienden lo que quiso decir en ‘El evangelio según Jesucristo’; para comprenderlo, tanto como su ‘Ensayo sobre la Ceguera’, hay que viajar al alma lusitana, entender un poco Lisboa, esa ciudad vieja, de antiguo esplendor imperial, donde hombres y mujeres lloran junto al Tajo cuando escuchan esos poemas cantados que llaman ‘Fados’, en la voz de Amalia Rodríguez.

“José Saramago podría recordar ahora su metáfora de Apeles, el zapatero, cuando escuchó perorar a su asistente acerca de la anatomía de la rodilla: zapatero a tus zapatos, dijo Apeles. Saramago hace bien en continuar escribiendo extraordinarias novelas”, escribí hace unos años, cuando el Nobel se ocupó del conflicto colombiano y acusó a Uribe de “desprecio a los secuestrados”.

“Con la iglesia topamos”, dijo El Quijote, una expresión que se aplica hoy al notable difunto, cuando vemos cómo Roma ‘locuta’ para echar un vaho de ceniza sobre su gloria. Saramago nunca brilló en San Pedro. Ahí fue sólo ‘un infiel’.
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Encuentro entre José Saramago y Sigifredo López
http://fcmanrique.org/actiDetalle.php?idActividad=89&ord=T&CL=1
El 13 de abril de 2009, tuvo lugar el encuentro entre José Saramago y Sigifredo López bajo el título "Testimonio de un secuestro: un futuro en paz para Colombia".
http://www.impresionoise.net/fcm_tv/ (Video: 95 minutos)
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José Saramago (1922-2010)
Obituario (Web) RevistaArcadia.com http://www.revistaarcadia.com/
http://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/jose-saramago-1922-2010/22479

El escritor portugués, ganador del Premio Nóbel de Literatura en 1998, falleció a los 87 años. RevistaArcadia.com comparte algunas entrevistas en donde el escritor reflexiona sobre la religión, la literatura y el ser humano.
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Carlos Monsiváis (1938-2010)
Obituario (Web) RevistaArcadia.com http://www.revistaarcadia.com/
El cronista, ensayista e intelectual mexicano murió el pasado 19 de junio de 2010. RevistaArcadia.com comparte algunas de sus crónicas y columnas de opinión que pueden leerse en línea.
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Vaticano cobarde
Por: Juan Gabriel Vásquez


El Espectador ,24 Jun 2010 - 11:46 pm . http://www.elespectador.com/columna-210224-vaticano-cobarde . Impreso 26 jun. 2010
NO SOY UN LECTOR INCONDICIOnal de Saramago, entre otras cosas porque para mí no hay un Saramago, sino dos.

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. El primero publicó novelas como Memorial del convento, La muerte de Ricardo Reis y ese artificio maravilloso que es El Evangelio según Jesucristo. El otro empezó publicando Ensayo sobre la ceguera y siguió con La caverna, y Ensayo sobre la lucidez, entre otros, y pronto fue evidente que se trataba de un escritor distinto. El primer Saramago es para mí uno de los grandes novelistas de su siglo; el segundo, en cambio, es un magnífico prosista cuyas largas moralejas son un desperdicio de su talento. En sus últimos años, Saramago dejó que su afán pedagógico se llevara por delante las virtudes de la novela desde Cervantes: la neutralidad, la ambigüedad, la voluntad de no hacer proselitismos ni llevar mensajes. Muchos lo lamentamos, pero esa manera de hacer ficción sedujo a nuevos lectores. Y bueno: ellos tienen a su Saramago, y yo tengo al mío. La literatura da espacio para los dos.

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Pues bien, no había yo acabado de lamentar su muerte (uno siempre lamenta la muerte de un gran escritor, aunque no esté de acuerdo con todas sus ideas) cuando se me cruzó en el camino el obituario*, si es que se le puede llamar así a este escupitajo en prensa, que le dedicó el periódico del Vaticano. Lo firma Claudio Toscani*, y es uno de los documentos más repugnantes que ha publicado ese medio cuya historia no carece de documentos repugnantes. Toscani hace un intento de parecerse a la crítica literaria, es decir, de hablar como un lector habla de un escritor, pero pronto resulta evidente que el texto entero tiene otras intenciones. Entonces pela el cobre y se convierte en lo que fue desde el principio: el último ataque de la Inquisición contra uno de los críticos más duros de la Iglesia.

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El artículo se abre con estas palabras de dudoso gusto: “Aunque haya fallecido a la respetable edad de 87 años, no podrá decirse de José Saramago que el destino le mantuvo con vida a toda costa”. En algún momento hace el ridículo literario: critica a Saramago por tener “una técnica de diálogo completamente deudora de la oralidad”, que es como denigrar de un pintor porque las manos que pinta se parecen a una mano. Luego pasa al ataque ideológico: Saramago no era más que un “populista extremista” (curioso ataque contra alguien cuyas opiniones no hacían más que generarle enemistades y problemas). Saramago “siempre tuvo la mente enganchada en una banalización desestabilizadora de lo sagrado” (yo diría que cuestionó los tabúes y las supersticiones que sirven de base a la Iglesia). En fin.

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Lo molesto no es, por supuesto, el aireamiento de estas críticas. Lo molesto es su vulgaridad, la ausencia en ellas de todo atisbo de elegancia y de la más mínima caridad para con los que lloran todavía al muerto. Lo molesto es el hecho de que el escupitajo retórico aparezca apenas horas después de la muerte del autor, que ya no se puede defender. En los últimos años de su larga vida Saramago no recibió un ataque como éste de la Iglesia o sus medios; esos medios esperaron a que Saramago muriera para hacerlos. Pero no sé por qué lo sorprende a uno que salga algo tan cobarde y trapacero de una institución, esta Iglesia romana, que no hubiera llegado adonde está sin ser trapacera y cobarde.

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* NTC ... Notas: È morto José Saramago. L'onnipotenza (presunta) del narratore. di Claudio Toscani (“La omnipotencia (presunta) del narrador”)
http://lettovisto.myblog.it/archive/2010/06/19/e-morto-jose-saramago-l-onnipotenza-presunta-del-narratore.html en italiano.
http://www.sodepaz.org/component/content/article/9-articulos/1360-la-iglesia-ataca-postmorten-a-jose-saramago.html en italiano.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/06/19/cultura/1276964860.html Comentario en EL MUNDO de España.
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El evangelio según Saramago
Alfonso Carvajal
EL Tiempo , junio 26, 2010. http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/alfonsocarvajal/el-evangelio-segun-saramago_7773965-1
Partió Saramago. José. Y en gran parte, la voz de la rebeldía del hombre contemporáneo. Un artista que combinó con subido talento la ética y el quehacer literario. Fue de los pocos escritores comunistas y ateos que llevaron con coherencia a la ficción por un camino y a su pensamiento intelectual y político por otro, con libertad y agallas, rompiendo el canon de muchos camaradas de defender a ultranza las monstruosidades políticas de la izquierda, llámese Cuba o las Farc, y también señaló los desastres del capitalismo bárbaro, siempre aborreciendo el poder en todas sus instancias.

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Pero su biblia, que irritó a la Iglesia católica y llegó a considerarlo un texto profano, fue El evangelio según Jesucristo. Una verdadera revelación, que ha pasado inadvertida, más objeto de la polémica que de la lectura reflexiva. Acudiendo a la ficción y a una rigurosa investigación histórica, Saramago, en una lección de lucidez, narra el evangelio según el escritor, que hace de álter ego del hombre Jesús. Un libro que han querido convertir en herético y así ocultar el valor de una genial irreverencia, donde Saramago, a través de la ironía y la razón, humaniza lo que una iglesia sosa ha petrificado en dogma.

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Allí leemos la visión personal de Saramago sobre unos hechos que se nos han presentado como sobrenaturales, para no decir mentirosos. Sobre José y María, cuando encargan al Mesías, escribe: "Se derramó en el interior sagrado de la mujer, sagrados ambos por ser la fuente y la copa de la vida", porque en verdad hay cosas "que el mismo Dios no entiende, aunque las haya creado".

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Sugiere que un mendigo en forma de ángel le anuncia a la joven María que está preñada y que Jesús nació como todos los hijos de los hombres: "Sucio de la madre de su sangre". El encuentro pasional entre Jesús y la Magdalena es más la enseñanza de una mujer experimentada en hacer conocer al Nazareno los caminos del cuerpo y conducirlo al amor que la consumación de un pecado. No es el producto de una deformada fantasía, sino la otra cara de la moneda. Saramago interroga los misterios de una religión decadente, que sobrevive manteniendo al rebaño en el miedo y la ignorancia.

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"¿Y cuál es el papel que me has destinado en tu plan? El de mártir, hijo mío, el de víctima, que es lo mejor que hay para difundir una creencia y enfervorizar una fe", le dice Dios a Jesús, palabras que denotan una doctrina fundada en un malsano sufrimiento. Seguramente, Saramago no resucitará, está vivo entre nosotros con su obra, y Dios "es tanto más cuanto más inaccesible resulte".
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https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ4l7bsmhMr6BwKU-3gbVOoBy6pbXuORIa4ReSs-eLZ9HT8O0sjMPgNUANIP_VUDLo5qQVG_WbPU7sxY0Eo55GEOylyZIJfXbC2WdO8oiaUENpW5GVFPRUrcwrP6cgNeEyD1WdZ3hHPkyL/s1600/saramago+adios-762582.jpg
http://www.marino-navegante.com/2010/06/el-vaticano-arremete-contra-saramago.html

domingo, 20 de junio de 2010

Omar Rayo por Luis Vidales, René Rebetez, Juan Manuel Roca y otros.

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*** 7 de Junio, 2011, Roldanillo (Valle), …

1er Aniversario del Fallecimiento del Maestro Omar Rayo ,

http://www.facebook.com/event.php?eid=196347927078378 .

-- “Aquí cayó un rayo”. Omar Rayo a un año de haber sucedido. “Con motivo del primer aniversario de la muerte del maestro Omar Rayo, la Fundación del Museo que lleva su nombre tiene programada una serie de actividades para conmemorar la fecha de la sensible partida de uno de los creadores más importantes en la historia del arte colombiano. Texto, detalles, video ("El rayo está dando luz al museo", Águeda Pizarro) y enlaces, en:http://www.elpais.com.co/elpais/valle/con-actividades-artisticas-conmemoran-ano-muerte-del-maestro-omar-rayo . Allí, entre otros contenidos: 'Omar Rayo en Fotografías' . la obra de Rayo . En las fotos (tomadas de El País): Omar Rayo con De Greiff y con Neruda. Click sobre ellas para ampliarlas.

Algunas fotografías del evento:
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Al final Boletín de prensa del Museo, Junio 15, 2010
Agradecimientos por las manifestaciones de condolencia recibidas,
nombramiento de la nueva presidenta vitalicia, la poeta Agueda Pizarro Rayo,
y del Secretario General, Señor Juan José Madrid Rojas.
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Omar Rayo
por
Luis Vidales, René Rebetez y Juan Manuel Roca
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Dedicatoria de Omar Rayo a Luis Vidales de un ejemplar del libro "Omar Rayo. Bejuquismo. Maderismo". Luis Vidales, Ediciones Embalaje, Roldanillo (sin fecha). El texto de Luis Vidales que se publica en el libro tiene fecha de Octubre 15 de 1950.
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Omar Rayo

por

Luis Vidales, René Rebetez y Juan Manuel Roca
.Omar Rayo. Fuente de la imagen: http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/index.php?option=com_content&task=view&id=430&Itemid=5 (página del pintor en el CVI)

OMAR RAYO


Bejuquismo. Maderismo.


Por Luis Vidales (1900 – 1990)
El Tiempo, Bogotá, Octubre 15, 1950. Reproducido en el libro de ediciones Embalaje, Roldanillo, que aquí se presenta. Agradecemos al poeta Juan Manuel Roca quien nos proporcionó el original libro base de esta publicación . (1)

Omar Rayo (1928 – 7 Jun. 2010)*, Luis Vidales (1900 – 1990), René Rebetez (1933 -30 Dic. 1999) y Juan Manuel Roca ( 1946) . * La imagen es de la carátula del Magazín Dominical No.029, octubre 2 de 1983 de El Espectador. http://www.colarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=378
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- Fotografías de Luis Vidales: http://luisvidales.blogspot.com/search/label/Fotograf%C3%ADas

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Siempre me ha parecido que la caricatura responde a los mismos principios de traslación de las formas de la naturaleza que figuran en todas las estéticas como la razón de ser del arte. El hecho de que el artista tome ciertos rasgos esenciales, lo que caracteriza y define al objeto, dejando fuera de su visión lo accesorio que acompaña a ese mismo objeto como por un exceso de pérdida, de que la Naturaleza es tan abundante, parece ser igualmente, el destino de la caricatura, al menos de la gran caricatura, al estilo de la de Omar Rayo.

Desde luego, si esta premisa es cierta, es decir, si el procedimiento de elaboración de la caricatura no difiere, en su esencia, del que preside la transfiguración del objeto a ya distinto del de la rara realidad consuetudinaria, no hay por qué separar en categorías especiales las diferentes manifestaciones artísticas, como se hace habitualmente por los estetas, en el sentido de que la caricatura es un arte menor inferior al llamado “gran arte”. Hoy en día, estas jerarquizaciones según las cuales una forma de arte es superior a otra -o las otras- distinguiendo, por ejemplo, entre “arte mayor” y “arte menor”, están siendo profundamente revaluadas. Porque en realidad el arte culminado es uno, donde quiera que la sabiduría artística tenga su cabal aplicación. Un lucernario romántico es en ocasiones arte más puro y va más hondamente al propio rasgo esencial de su estilo, que el mismo templo romántico que le da asilo. ...

Sin comprender a cabalidad este gran teorema que hace del arte una cosa unitaria, no podríamos entender cómo la tapicería de Oriente, por ejemplo, sirvió de antecedente a la pintura de los monjes medioevales en algunos lugares de Europa o cómo, un arte obligadamente considerado “menor”, como el miniado de los conventos pudo servir de modelo a la propia estatuaria romántica de gran tamaño.

No. Mientras más se ahonda en el conocimiento del arte resulta más claro que no hay ni “arte menor” ni “arte mayor”; ni arte caricaturesco inferior al que no lo sea. Y esto, no solamente porque lo caricaturesco puede ser tomado peyorativamente para enjuiciar artes que no corresponden ya a nuestro gusto, pero cuyas aparentes deformidades se refieren a modos de composición, a traslaciones de la forma de un símbolo constante de la sociedad, a esquematizaciones determinadas por ésta, como ocurre con nuestras figuras de San Agustín, con el lirio de los egipcios, el Medio Oriente y particularmente los jónicos, “e cossi vía”. El arte de la caricatura en lo que ésta puede ser expresión de los más íntimo de un pueblo o una época, no es un arte inferior, si nos atenemos a que en realidad la caricaturas no estuvo jamás separada de las grandes corrientes artísticas, no solamente en la Antigüedad, con el arte egipcio de Tel-El Amarna, por ejemplo, sino más cerca de nosotros, en la época helenística o aún en el siglo pasado con tal culminantes expresiones como, verbi gracia, la pintura del robusto campesino Daumier, padre del naturalismo plástico francés.

Es obvio que si forma y contenido constituyen una sola entidad, como place afirmarlo a los mantenedores de las diferentes escuelas estéticas, existe, sí, una forma transitoria de la caricatura: La que se orienta por sucesos de fácil tránsito en la vida de los pueblos o las sociedades. Bien poco queda hoy del arte caricaturesco de Holanda, en la época en que ésta, con la bandera de la Reforma, ridiculizaba a la España católica en su lucha de emancipación. En general, el arte de la caricatura política tiene mucho de endeble desde el punto de vista del factor tiempo-espacio. Pero cuando se abarcan contenidos más amplios, más permanentes, ligados a la política eterna que consiste en tomar partido ante las grandes cosas del mundo, como lo vemos en las caricaturas de éste muchacho, entonces se hace arte y arte excelente. “Su Quijote” (1949), su “Tenista” y “Roberto Benzi”, para no traer sino éstos ejemplos, denotan que su sentido de la desfiguración artística se coloca en un universo infinitamente más generoso que el habitual de la caricatura para conferir a sus obras calidades de sugerencia, que en veces son de gran abarcadura como en los tres ejemplos propuestos. La materia de que se vale toma del mundo vegetal en lo que éste tiene de más humilde y arraigado a la tierra, le adiciona un encanto peculiar a sus trabajos, sobre todo porque Omar Rayo logra con ello fusiones íntimas con el tema, que parece echar raíces a los ojos del contemplador. El color suave, las tonalidades tranquilas y los bien fundido matices, dentro de una manera que solo quiere pasar a la tercera dimensión por alusiones y puntos de apoyo perdidos, aquí y allá, dentro de la composición, completan a cabalidad el embrujo que nos producen sus obras, que él ha querido llamar “bejuquismo” para distinguirlas de su tendencia anterior, en que nos armaba una cara con unos trozos de madera convenientemente dispuestos y unos cuantos tornillos. Su nuevo material es más dúctil, de una ternura y un anti-intencionalismo mayores y, por su mismo carácter, más íntimamente arraigado a la intemperie, en donde hay un mundo más vasto, que ya comienza a ser explorado por su trascendente inquietud artística.

Sean estas palabras únicamente premisa para decir con el adecuado alborozo que el “bejuquismo” acaba de nacer en Colombia.

LUIS VIDALES
Especial para EL TIEMPO. BOGOTÁ, DOMINGO,
OCTUBRE 15, 1950

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Final del texto.
.Despues de está página, donde termina el texto de Luis Vidales, siguen 11 reproducciones de pinturas (Bejuquismo, maderismo) de Omar Rayo, como las que se reproducen a continuación.
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Una de las imágenes de la obra en el libro.
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Muestra de otras obras de bejuquismo:

http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?idfoto=126270&img=/graficas/pintores/RayoOmar/Thumb/thRayOaex4.jpg

http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?idfoto=126271&img=/graficas/pintores/RayoOmar/Thumb/thRayOaex3.jpg

http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?idfoto=126272&img=/graficas/pintores/RayoOmar/Thumb/thRayOaex2.jpg

Matriz: http://www.colarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=378 Allí otras obras por categorias y temas e información sobre OR.
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"NEGRAS EN LA PLAYA"
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LOS CAMINOS Y EL DESTINO DE UN LIBRO:
NTC ..., agradecido con el Poeta Roca y asombrado por haber tenido a disposición el ejemplar original del libro publicado por Embalaje que incluye además la dedicatoria del Maestro Rayo a Luis Vidales, indagó por los caminos del libro y su destino. Gracias a los poetas Roca y Carlos por sus respuestas y aportes:
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De Carlos Vidales
para NTC ntcgra@gmail.com
fecha ESTOCOLMO, 21 de junio de 2010, 08:09
asunto RE: Omar Rayo por Luis Vidales, René Rebetez y Juan Manuel Roca.
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Gracias, amigos de NTC … . Revisaré mis papeles a ver si hay algo al respecto de la realción Rayo-Vidales.
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Cuando salimos al exilio en 1953, mi padre vendió su biblioteca pero, naturalmente, no vendió los libros dedicados, ni los de su autoría, ni aquellos a los que guardaba especial estima. Supongo que el original del libro de Embalaje formó parte de las obras que Luis Vidales quiso conservar y que, por esta razón, quedó en casa de su madre, mi abuela Rosaura. Supongo igualmente que por esta vía lo heredó mi primo Juan Manuel Roca. Pero todo son suposiciones.
¿Qué dice Roca?
Un abrazo. Carlos ( http://hem.bredband.net/rivvid/, http://luisvidales.blogspot.com/, http://losimportunos.wordpress.com/ )
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( 1 ) De: Juan Manuel Roca
Para NTC ntcgra@gmail.com
Fecha 21 de junio de 2010, 08:41
asunto Re: Omar Rayo por Luis Vidales, René Rebetez y Juan Manuel Roca.
Amigos de NTC … :
El ejemplar original del libro, publicado por Embalaje, de Vidales lo encontré hace una buena tanda de años en una librería de viejo en el barrio La Candelaria, poco tiempo después de su muerte, una tarde en que iba con el que ahora es nuestro gran librero de Trilce, el poeta Guillermo Martínez González.
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La relación de Luis y de Omar Rayo databa de los tiempos bohemios del Café Automático, cuando conversaban con Mardoqueo Montraña y con el olvidado abstraccionista Marco Ospina, tintos de día, bebidas más espirituosas cayendo la tarde, antes del exilio del poeta en Chile. Por muchos años, dentro de la técnica creada por Rayo del bejuquismo, hubo en casa de mi abuela Rosaura en Bogotá una caricatura de Luis que emergía de unos tallos de un árbol de difícil taxonomía con su cabeza tocada de un sombrero borsalino, sin duda.
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El texto de nuestro inolvidable René Rebetez también fue publicado por Embalaje, muy cerca al mío, creo. La amistad de Omar con Vidales y el respeto mutuo pude palparlos muchas veces en compañía de Germán Espinosa, en el Automático de Enrique Sánchez, algunas veces, y otras pocas en el Anca 19, en los bajos del apartamento de Rayo, en ese grato tertuliadero de los años 70 . Rebetez y Rayo fueron de igual manera grandes amigos, con la isla de Providencia de por medio, pero siempre con el Museo de Roldanillo como su Meca.

De mi parte, no recibí de nuestro artista más que amistad y simpatía.
Juan Manuel Roca
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EL TEJEDOR DE MILAGROS
Por René Rebetez
Roldanillo, Valle, Mayo de 1990

Agradecemos al Centro Cultural "Gustavo Álvarez Gardeazábal" de la Universidad UCEVA (Tuluá) y a su Director, poeta Ómar Ortiz, que nos hayan proporcionado la copia de este texto .
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EL TEJEDOR DE MILAGROS
Por René Rebetez
Roldanillo, Valle, Mayo de 1990
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Una leyenda Sufi narraría cómo un beduino, perdido en un desierto sin fin, trazó con su deambular sobre la arena un laberinto que lo condujo a sí mismo.
Luego tejió ese diseño, lo urdió en mil tapices que narran la misma historia en mil formas diferentes para lograr que otros viajeros perdidos encontraran su camino.
"El Rashid transitó primero por un mundo lineal, que extendió luego para formar los planos y helmintos que anudó como esfinges que guardan secretos de la alquimia espacial y los des-nudó, para re-anudarlos después en su laberinto infinito".
"Dobló, multiplicó y dividió siguiendo un ritmo interior y sopló como el Ceramista hiciera con el barro original, proporcionádoles volumen y vida en otra dimensión.
Regresó otra vez al origen y estambró, urdió, entrelazó y reanudó una vez más el camino que conduce a una dimensión que está más allá del volumen, que no tiene nombre y que reúne como un Aleph, el Cero y el Infmito, el Principio y el Fin".
"En ese lugar secreto se encuentran los cristales microscópicos que encierran las nieves eternas, el ondular energético de la Serpiente Emplumada que ornó con sus grecas la cultura Maya, el movimiento preso en los escaques que se escapa luego destrógira y levógiramente en el Nahui Ollin de los antiguos Nahuas.
Las suscintas formaciones nucleares, la constante transformación del fotón en energía se dan cita allí y también las alhambradas mudéjares, El Jipa y los tatamis".
"El Tejedor de Milagros llegó a un Espacio sin Tiempo y desde allí participa en la constante recreación de los granitos de arena con los cuales están hechas las Pirámides".
Encontré este manuscrito inconcluso en un antiguo cofre que dejó al descubierto una tempestad de arena, en el desierto, cerca de Fez.
El beduino es Omar y tramé esta leyenda en ocasión de un peregrinaje a sus Urdimbres Germinales, que son, como quien dice, los Principios del Ser.
René Rebetez.
Roldanillo, Valle, Mayo de 1990
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EL TERRITORIO PLÁSTICO DE RAYO
Por Juan Manuel Roca
Ediciones Fondo Cultural Cafetero. Bogotá. 1995.
Agradecemos al Centro Cultural "Gustavo Álvarez Gardeazábal" de la Universidad UCEVA (Tuluá) y a su Director, poeta Ómar Ortiz, que nos hayan proporcionado la copia de este texto .
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EL TERRITORIO PLÁSTICO DE RAYO
Por Juan Manuel Roca
Ediciones Fondo Cultural Cafetero. Bogotá. 1995


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Omar Rayo llega ahora a la plenitud de su obra pictórica.
Una obra que en su largo y coherente trayecto nos ha dejado un manual de sombras y de asombros.
De nudos y desnudos
Pero es quizás en estos luminosos laberintos de la pintura en donde se hace más extraña y seductora su grafía, una escritura de formas muy puras que nos propone un nuevo y denso silabario.
Partiendo de su pasión geométrica y ahondando en esos vértigos lineales que fija a la retina, la hipnosis creada por Omar Rayo tiene ahora, y quizás desde siempre, un hondo sentido religioso, en el sentido arcaico de la palabra religión, es decir reunir.
Rayo reúne, en este amplio libro de su obra planos de diversas procedencias: del entorno y del plano mental, que también es entorno, con un riguroso ascetismo de elementos.
Metáfora, la suya, que apunta al blanco del ojo como lo hacen los arqueros zen: que el blanco dé en la flecha, el disparo en la mirada del arquero. Este nuevo silabario, esta suerte de ideogramas que Rayo nos propone parten de una especie de revuelta metafísica contra aquello que plantea la más insulsa realidad, agregando un relampaguea, de espejismos, un espejo que más que un reflejo es evocación, plana metáfora visual.
El blanco y el negro, colores protagónicos de esta obra, guardan acá un equilibrio en el pliegue y el repliegue, en el brazo que insinúa una gran volumetría. Volumen que es real en su ilusión óptica, permanencia en su fuga constante.
Siempre me he preguntado por qué motivos Ornar Rayo no ha entrado en el plano escultórico, teniendo como tiene toda su obra (tanto en el Intaglio como en la pintura) el mismo concepto de un escultor abstracto: la geometría como fuente simbólica, como visualización de lo visto, sí, pero también como engaño óptico; como visualización de lo visto, sí, pero también de lo pensado.

Omar Rayo podría bien señalar que rompe así con una especie de compartimentación del arte, y como todo auténtico creador, intenta trasgredir las falsas líneas fronterizas en los mapas del arte, haciendo una pintura escultórica, o si se quiere, una escultura cromática que señala planos de un terrorismo visual de grandes vibraciones en la estructura.
Territorio plástico este de Omar Rayo, que nos deja entrever una simbológica de yelmos y laberintos, de escudos y templos en donde el color metálico que crea la conjunción, la dialéctica de lo negro y lo blanco, nos hace partícipes de un mundo muchas veces abismal. De un mundo en permanente mutación que yace bajo las más inesperadas metamorfosis.
En este territorio construido como una larga pesadilla cartesiana, lo que más se escamotea al ojo es el sentido lírico con el que está edificado. Sin grandes ademanes, y sin ningún carácter episódico o narrativo, en todos estos trazos realizados especialmente con la inteligencia, hay una poética, una soslayada intención lírica que cada vez se va haciendo más nítida al ojo receptor que la escudriñe. A sus secretos recodos y hay que mirarlos como son: Analogías cambiantes, que a veces dependen del trazo más que de la retina, imágenes en alianza entre el color y la pupila. Como en el barroco, el "trompe l'oeil" de Omar Rayo nos permite hacer diferentes lecturas de la imagen. Así, uno puede volver a un mismo cuadro de Rayo, y encontrarse con otro diferente, como quien mira el otro lado del espejo.
Pintura inquietante, ésta de Omar Rayo. Más por motivos de un ahondamiento al interior de su obra, que por fugaces búsquedas. Más que por esa fidelidad suya a una lectura del mundo cotidiano, que por la secular manera como sucede al ojo el op art. Omar Rayo ha ido construyendo lentamente un silabario, una grafía cada vez más personal, cada vez más insular en nuestro medio.
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(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Transcurridas dos décadas del auge del op art, cuando algunos artistas vieron en esta tendencia solamente el refugio temporal que proyectaba la vanguardia, la mayoría de sus cultores no evolucionaron, y, en el peor de los casos, claudicaron.
Lo más valioso (en el sentido de valentía contra los dictados de la moda) de la obra de Omar Rayo ha sido su ahondamiento en esta estética propuesta por el op, su enriquecimiento permanente que partiendo de formas "frías" se hacen abismales. En nuestro medio, solo Rayo decidió ahondar en esa búsqueda, sin claudicar ante un arte ya poco promisorio en el consumo, y ante un vuelco de tendencias cíclicas que irían desembocando hacia la nueva figuración, si es que es tan nueva.
Uno piensa en esa vieja teoría de Kandinsky, no por vieja menos nueva (como la figuración), cuando señala ("lo Espiritual en el Arte"), que los rasgos angulares siempre 'convocan a una simbología trágica, al contrario de las redondeces que evocan la felicidad, el entorno que contienen un sentimiento feliz.
Constatando lo señalado por Kandisky, ese lúcido de la estética, uno piensa entonces en el Guernica en esos trazos angulares que están cargados de un sentimiento trágico.
En la obra de Omar Rayo, en este clima, en estas atmósferas que crean sus trazos casi siempre angulares, nos asomamos a grandes abismos del espíritu que causan a veces desazón. Algo que partiendo de elementos tan fríos, resulta un verdadero logro, un hallazgo que no se puede dar sino después de una búsqueda por mucho tiempo emprendida.
Partiendo de la desnudez del blanco, de sus vastos silencios, y desprovisto de todo carácter anecdótico o confesional, Omar Rayo como un expedicionario de sí mismo ha ido buscando su centro.
Desde el balbuceo inicial de su obra (bejuquismo) pasando por la estación de sus Intaglios, que a mi sencilla manera de entender, posee una estructura rígida epidérmica, llega (y no recientemente) a lo que creo es el epicentro de su obra: la pintura. De lo que da testimonio este libro de sus obras que apuntan hacia una sola obra, orgánica, totalizante.
Acá toda posible rigidez desaparece para hacerse territorio mutable, zona en donde el ojo regresa a encontrarse con nuevas formas desnudas.
Porque desnudarse es quitarse nudos, Omar Rayo propone la desnudez del ojo. Intenta quitamos las vendas de una mirada preconcebida del mundo y sus objetos, para hacer que 'el espacio, la superficie pictórica, tenga una absoluta autonomía, sean variables en su función de laberinto, de hondo y equívoco laberinto.
Así un cuadro de Omar Rayo, en su condición de caleidoscopio, se anuda y se desnuda a nuestra vista.
Ahora es enrejado y denso, tiene evocaciones del arte muslime. Ahora recuerda los trazos del arte precolombino. Hay flores árticas (esas que al decir de Rimbaud son bellas porque no existen). Hay intuiciones de un telar de velas desplegadas hacia el viento.
Una Poética, sí.
Formas creadas por el ilusionismo de un artista de mente reflexiva y cartesiana que tiende a la mirada tramos imposibles, territorios de la duda.
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De : Fabio Martínez
Para : NTC … , ntcgra@gmail.com .Fecha : 24 de junio de 2010, 07:22
Asunto : Omar Rayo y su Museo
Amigos de NTC … , Excelente la idea de publicar el sinnúmero de artículos sobre Omar Rayo y su Museo. Aquí va uno que escribí hace algunos años para El Tiempo-Cali.
Un abrazo, Fabio Martínez

Columna aparecida en El Tiempo-Cali en el 2000.

IMAGO
El Museo Rayo


Por : Fabio Martínez


El Museo Rayo de la ciudad de Roldanillo cumplió 19 años de existencia.
Fundado en 1981 por el maestro Ómar Rayo, cuando acababa de obtener el Premio Internacional en la Bienal Internacional de Sao Pablo, el museo surgió como una utopía que con los años se convirtió en realidad.
Hablo de utopía pues cuando el maestro llegó con la propuesta nadie creía que un proyecto cultural de tal dimensión pudiera pelechar en un pueblo.
De acuerdo a la mentalidad elitista de los que manejan el arte en Colombia, siempre se ha pensado que los museos sólo son patrimonio de las grandes capitales de mundo.
Con la idea de construír un museo en su pueblo, el pintor no sólo rompió con este estrecho criterio sino que con su utopía creó un polo de desarrollo cultural en la ciudad y en la región.
Ómar Rayo fundó el Museo imaginario del norte del Valle, que junto con La Tertulia, el Museo Colonial de La Merced, el Museo del Banco de la República, la Hacienda Cañasgordas, el Museo de la Caña y El Paraíso , hacen parte de nuestro patrimonio iconográfico.
Faltaría, para completar la red museográfica del departamento, crear los museos imaginarios de la fotografía, de la música, del teatro y del cine, y por supuesto, el Museo Leonel Góngora, en la ciudad de Cartago, como un homenaje a este excelente artista vallecaucano que murió en Boston, Massachusetts.
Pero el Museo Rayo no sólo se dedicó a impulsar artistas regionales y nacionales sino también, a mostrar el trabajo de artistas internacionales.
Inspirado en la concepción de museo-taller interdisciplinario, desde un principio creó los talleres de grabado bajo la dirección de importantes maestros latinoamericanos, los talleres literarios que propiciaron la creación de las Ediciones Embalaje, la Biblioteca, el Encuentro de mujeres poetas que se realiza cada año bajo la dirección de Águeda Pizarro y el Museo-Vial, que es una idea original de sacar el arte a la calle y articularlo al ojo y al paisaje.
Si alguna vez pensáramos en Roldanillo, la ciudad del poeta Villafañe, tendríamos que decir, que con el Museo Rayo, su historia se partió en dos.
Si alguna vez pensáramos en Ómar Rayo, no sólo tendríamos que pensar en su excelente obra, que inspirada en la rigurosidad geométrica que impone el paisaje vallecaucano, le ha dado la vuelta al mundo.
Por obligación, tendríamos que referirnos a esta obra monumental que ha realizado este artista por su región y por su gente.
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Rayo, el Roldán de Roldanillo
Jotamario Arbeláez
EL TIEMPO, Julio 1, 2010
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/jotamarioarbelez/rayo-el-roldan-de-roldanillo_7781184-1

"He pensado en los últimos tiempos en la muerte, quizás porque ha estado viajando paralelamente a mi vida, pero cuanto más pienso en ella, más desconfiado estoy: he notado su ausencia en muchas ocasiones, y además me han contado que se ha ido con otros." O. R.

Tuve un anticipo de la muerte hace un par de años, en mis 80. Como consecuencia del infarto ni los brazos ni las manos me respondían, y en cambio mi mente se poblaba de imágenes irrepetibles de bandas geométricas como banderas de países inexistentes, orladas por esa sombra que brilla en las despedidas.

Era angustioso no poder ni siquiera plasmarlas en un boceto. Y tener que olvidarlas cuando se sobreimponían otras igualmente firmes y trémulas. Me quedaba mirando correr a mi nieto por toda la casa y era mayor mi tristeza al saber que no podía dejarle, ni a él ni a nadie, el testimonio de estas iluminaciones. Porque qué otra cosa es el arte que el fulgor súbito.

De no haber vivido deslumbrado por la luz, el sonido y el significado de la palabra rayo, habría preferido llamarme Ómar Ramo, o mejor Ramó, palíndromo perfecto para un apelativo con ocho letras. Lo que son las cosas confabuladas, el verdadero apellido del abuelo catalán era Rayó, que en su viaje a La Habana perdió la tilde, que se comían los cubanos. Paró en Cartago. Vine a nacer en Roldanillo, un nombre que me apersono, a pesar de mi elevada estatura, un pequeño Roldán el temerario, como lo apodan las historietas al referirse a Flash Gordon, valiente defensor del planeta tierra. Pero mi Roldán es el enamorado y furioso, caído en Roncesvalles frente a los vascos, el sobrino de Carlomagno, el de los cantares. Me fascina perderme en antecedentes, sobre todo sin asideros.

Así se pasó mi vida, buscando la combinación adecuada entre el estar siendo y el estar queriendo. Manchando cartones, pero con unas manchas tiradas a cordel sin pasar la raya. Detesté siempre las líneas de los cuadernos escolares que interferían con mis bocetos. Acudía en mi infancia a los basurales por cajas de embalaje que descuartizaba con mi afiladísimo bisturí para sobre el cartón impoluto trazar lo que destilaba mi mano.

En las lagunas de mi memoria vuelve a ahogarse mi abuelo alemán fotógrafo, absorbido por un remolino del Cauca con todo y nombre. Un aventurero teutón tras las huellas del viejo Humboldt, que se dejó entramar en las redes de abuela Rosa, de donde se desprendió mi mamá.

No sé si desciendo de Aladino, pero por lo menos de Alá. A partir de que mi padre era un devoto de Omar Kayam, me bautizó beduino Germán Arciniegas en un artículo de lujo publicado en el diario La Prensa de Nueva York. Lenguas adoratrices claman que a mi ego de faraón le quise erigir mi pirámide y que así me empeñé en el Museo Rayo de Roldanillo. Y en verdad que me empeñé hasta la camisa. Y en pasar el sombrero sin que se me cayera la cara. Y lo logré construir, y mantener, y mantener en actividad por treinta años, y espero que siga andando cuando me vaya. Porque siento que desde hace ya varios años la muerte me está pintando. Cuando termine el retrato me iré con ella.

Ya pasé los ochenta, pasé por Nueva York y por Machu Pichu, pasé las duras y las maduras, paseé por el mundo de los museos, recreé mi mirada por todas las bellezas que la vida depara a quienes saben ver la belleza, recibí la fórmula de la forma para cifrar la luz geométrica, amé con tal delirio la poesía que se personificó en mi mujer, en Sara mi hija, en Mateo mi nieto. Y en el Museo, ese hijo bobo, que espero que los colombianos no me dejen morir. Esté donde esté, así ya no alce la mano, seguiré pasando el sombrero. Creo que la muerte es el desfile de Águeda, de Sara y de Mateo de la casa al Museo sin que yo vaya a su lado. Los estaré esperando en donde dije que me enterraran, en esa parte del museo donde un día cayó un rayo. Para comprobar, como última jugarreta, que dos rayos sí pueden caer en el mismo sitio.

jmarioster@gmail.co , Jotamario Arbeláez
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COMPLEMENTACIONES Y ENLACES de NTC ...
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* Excelente video http://www.onewebdesign.net/museorayo/contenido/video.html en el portal de Museo Rayo. Su fallecimiento, su vida, su Museo.
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NTC … 239, Nos Topamos Con ... Año 6. Septiembre 3, 2.006
http://ntcblog.blogspot.com/2006_08_27_archive.html
*** EL MUSEO RAYO EXHIBE LAS SERIES DEL BEJUQUISMO Y ULTRABEJUQUISMO DEL MAESTRO OMAR RAYO. BOLETIN DE PRENSA, Septiembre 1º de 2006 . MUSEO CONCERTADO CON EL MINISTERIO DE CULTURACALLE 8ª No. 8-53 - TELEFONOS: (092) 2298623 FAX 2297290 - ROLDANILLO VALLE COLOMBIA e-mail: museorayo@hotmail.com, museomarayo@yahoo.com
.
El Museo Rayo de Roldanillo informa que tiene prevista para el sábado 9 de Septiembre a partir de las 5:00 de la tarde, la apertura de la exposición de las series del BEJUQUISMO y ULTRABEJUQUISMO del maestro OMAR RAYO, haciendo parte del programa de exhibición de las diferentes etapas evolutivas de la carrera del artista.Omar Rayo realizó estas colecciones entre los años de 1948 a 1954, con una tendencia muy marcada del surrealismo, no sólo por la materia prima de los cuadros “los bejucos”, que tienen su obvio parentesco en esa corriente, sino por la ejecución precisa, limpia, exacta y realista de lo intrínsicamente irreal. Desde sus primeros pasos Omar Rayo consiguió ser un original pintor, que conquistó la popularidad a pasos agigantados, después de presentar sus caricaturas de la serie Maderismo, donde demostró que era posible dar un idioma especial a trozos de tabla, logrando un rotundo éxito; pero el artista no quiso detenerse en estas caricaturas, las abandonó cualquier día y buscó otra expresión, otra cara de su talento a través del bejuco, creando así su nueva serie del Bejuquismo, demostrando su búsqueda permanente de crear un arte personal y de una escuela propia.Con esta nueva serie, Omar Rayo, logró también resonancia en el ámbito nacional y se extendió a nivel internacional. Sus nuevas obras tomaron el idioma de las raíces, es decir, las raíces silvestres expresan el idioma del hombre. Son bejucos humanizados donde percibimos claramente la tragedia y los dolores del ser humano; en el bejuquismo no se sabe si lo vegetal es casi humano o lo humano es casi vegetal. La presente exposición reúne dos colecciones: en la primera sala estará la serie del Bejuquismo conformada por 50 obras y en la segunda sala se presentarán 60 obras del Ultrabejuquismo que reúne piezas más surrealistas. Estas obras fueron realizadas sobre papel utilizando témpera, acuarela y lápiz de color. La exposición se podrá visitar todos los días de 9:00 de la mañana a 6:00 de la tarde hasta mediados del mes de Octubre, y se podrá visitar conjuntamente con las pinturas recientes del maestro Omar Rayo “la Mullida Huella del Viento” y las pinturas de Sara Rayo.
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Pesar por la muerte del maestro Ómar Rayo
http://www.noti20quindio.com/index.php?option=com_content&view=article&id=505:pesar-por-la-muerte-del-maestro-omar-rayo&catid=18:nacional&Itemid=36
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En Cali tuvo un paso fugaz por la Escuela de Bellas Artes hasta que un profesor le advirtió que allí no tenía nada nuevo qué enseñarle, que él ya no supiera. Así fue. Rayo necesitaba más, y su talento podía ofrecérselo. Con nuevas ambiciones emprende un nuevo camino, esta vez para Bogotá. A la capital llega en 1948 impulsado por el escritor Álvaro Mutis quien conoció de primera mano sus aptitudes y le regaló un tiquete de la aerolínea para la cual trabajaba. Un poco más maduro, Rayo empezó a rodearse de la intelectualidad bogotana de la cual conserva grandes recuerdos en el café "Automático", en el cual se reunían personajes de la talla de León de Greiff, Luis Vidales y Jorge Zalamea, los cuales terminarían por acogerlo.
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Carta de amor a Rayo
Por Águeda Pizarro
El País, Cali, Junio 13, 2010. Edición digital: http://www.elpais.com.co/elpais/edicion_impresa/0ec3254662ddb937d2b8f78cc3b09293/elpais-Junio-13-de-2010.php Pag. 20.
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En GACETA No. 953 (Jun 20, 2010) de EL PAÍS Cali de ayer se publicó un texto sobre OR . Aún (junio 21, 2010) este número no esta en edición digital Gaceta , http://www.elpais.com.co/elpais/ediciones-impresas?pub=3 . Seguro pronto lo estará ....
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OMAR RAYO, libro de Villegas Editores. Año de publicación: 2006 . Textos de : William Ospina. Detalles: http://www.villegaseditores.com/libro.html?isbn=9588156785&bzq=activos y en http://www.villegaseditores.com/libro.html?isbn=9588156785&tab=memo&bzq=activos# imágenes del libro con reproducciones de pinturas.
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ALBUM FOTOGRAFICO Y DE IMAGENES en NTC ... :
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Algunas de sus obras en su página del CVI : http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/RAYO/index.htm
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Obras e imágenes en Google imágenes: Imágenes de Omar Rayo
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Omar Rayo y Gabriel Ruiz de NTC ... durante la exposición de Septiembre de 2006.
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Boletín de Prensa, Museo Rayo, junio 15, 2010


La Fundación Museo Rayo y la familia Rayo, conmovidos por la extraordinaria y multitudinaria expresión de condolencia, de solidaridad y de afecto les agradecemos a todas aquellas personas e instituciones que nos acompañaron en este momento doloroso y transcendente en nuestras vidas. Nos hemos sentido rodeados de una gran familia colombiana que nos incluye, nos sostiene y nos ayuda a comprender cuál es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso con la memoria del Maestro Rayo y con su tierra. Debido a la sensibilidad y el apoyo de los miembros de la Fundación Museo Rayo, los empleados del Museo Rayo, la Alcaldía Municipal de Roldanillo, las autoridades eclesiásticas y los entrañables amigos personales de la familia, y también a la actitud respetuosa de los medios de comunicación, las honras fúnebres y los diferentes actos que se llevaron a cabo en estas semanas de duelo nacional le dieron al Maestro una despedida digna de él como ser humano y como artista. Los restos mortales de Omar Rayo Reyes, reposan en el Museo Rayo como él quería. Su tumba, ubicada y diseñada de acuerdo con su criterio de artista, es un símbolo tanto de la significancia de su obra y de su vida, como de su entrega a su tierra. Además es una garantía de la permanencia tanto de su memoria en su pueblo como de la permanencia del Museo Rayo aquí en Roldanillo tal como él lo concibió y realizó. El Museo Rayo no puede morir, porque la muerte de su creador lo convirtió en un lugar sagrado e inviolable.

En las misas para los difuntos se habla de la vida eterna que nos espera después de ésta, de continuidad y no de ruptura. El difunto empieza una nueva vida en la eternidad y nosotros empezamos una nueva vida donde el ser amado está pero de otra manera. Nosotros, en el Museo Rayo estamos comprometidos con el futuro de la institución y hemos iniciado la nueva etapa de nuestra vida de la siguiente manera. Según los estatutos de la Fundación Museo Rayo, con la muerte del Presidente vitalicio, la Presidencia recae en una persona que tiene vocación hereditaria y que cumple con los requisitos de conocimiento y experiencia. Por consiguiente la Fundación Museo Rayo en junta extraordinaria el 15 de junio confirmó a la esposa del Maestro, Agueda Pizarro de Rayo, co-fundadora del Museo, miembro del Concejo Directivo de la Fundación y Directora de los Encuentros de Poetas Colombianas, doctorada en la Universidad de Columbia en Nueva York, como Presidenta Vitalicia y Directora del Museo Rayo, cargos inseparables según estatutos. Luego de la certificación y la legalización de este cargo, empezamos a trabajar para llevar a cabo los programas que el Maestro Rayo había trazado para el Museo, incluyendo exposiciones, talleres, el Encuentro de Poetas. Igualmente continuaremos siguiendo los parámetros administrativos indicados por él en los últimos meses, los que permitirán el funcionamiento óptimo de la institución. Como Directora y Presidenta de la Fundación Agueda Pizarro se compromete tanto con el cumplimiento de los deseos del Maestro y la continuación de su filosofía como a seguir imaginando una visión creativa amplia y fluida para su futuro.

Queremos anunciar también el nombramiento como Secretario General del Museo Rayo de Juan José Madrid Rojas. El señor Madrid ocupó este mismo cargo durante 17 años, dedicándose de manera incondicional a su trabajo e interrumpiendo por sólo dos años su vinculación con la institución en la que se formó con el Maestro. Para nosotros realizó una labor que se distinguía por su gran capacidad como curador y relacionista público y por su absoluta lealtad a la familia y al Museo. En su gestión anterior adquirió un conocimiento amplio del arte y la literatura con los que ganó el respeto y la admiración de la comunidad. Confiamos en que con él y el excelente equipo del museo bajo la dirección de la Presidenta de la Fundación el Museo Rayo comienza una de sus mejores etapas.

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ROLDANILLO VALLE– COLOMBIA. e-mail: museorayo@hotmail.com - museomarayo@yahoo.com
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Actualizó: NTC … / gra . Junio 20 , 2010, 9:45 A PM / Junio 28, 2010, 9:41 AM
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